Indie Club habló con Nahuel Barbero y Hernán Ortiz de Hipnótica sobre la producción de su nuevo disco homónimo, los próximos proyectos de la banda y de cómo es habitar la industria musical nacional.
Hipnótica publicó su cuarto álbum de estudio, después de un período de redescubrimiento, que ofrece un trabajo que explora ritmos y melodías que demuestran sus años de experiencia y la esencia que siempre los caracterizó.
En esta entrevista para Indie Club, el grupo cordobés profundizó sobre temáticas como el buscar un sonido más orgánico a la hora de grabar y la introspección. También debatieron sobre la influencia del contexto social en su música y los desafíos de la industria actual para adaptarse a nuevas plataformas digitales.
– ¿Cómo fue el proceso de producción de Hipnótica?
Nahuel Barbero: Tuvimos un proceso bastante largo y en algún punto liviano, un poco juguetón, de preproducción que nos llevó como un año y pico. Estuvimos desarrollando las maquetas, probando algunas paletas de colores, descartando lugares a donde definitivamente no queríamos ir con este disco. Una vez con ese esqueleto, fue súper simple, súper humano, súper a la vieja usanza. Hicimos el disco en veinte días, entramos al estudio, estuvimos cuatro días intensos de grabación de instrumentos y después tuvimos un par de días de grabación de voces, que lo hicimos mano a mano nosotros mismos. Unos días de edit y el disco se mezcló ahí al toque. La verdad que la búsqueda era que no tuviera mucha postproducción, tratar de enfocarnos en que lo que sucediera humanamente dentro del estudio sea lo suficientemente bueno como para bancarse.
– ¿Qué es lo que hace que este disco sea distinto a los anteriores?
NB: Particularmente, desde lo estético es muy distinto a lo último que veníamos explorando, que tenía que ver mucho más con la compu, con lo digital, con los collages de producción y postproducción. Siento que esto no tiene absolutamente nada que ver con eso. Pero además, el hecho de hacer un disco después de años nos pone a nosotros en otro lugar como compositores y como productores y siento que eso en el disco se escucha. Por primera vez es un disco que no tiene ninguna idea vieja, un disco que su repertorio son todas canciones que hicimos en ese año y medio en ese proceso. Otra particularidad es que estuvimos produciendo este disco plenamente nosotros con Matu Cella como coproductor y después de mucho tiempo pudimos pasar mucho tiempo físico juntos. Después, desde lo artístico, creo que las letras tal vez sean un poco más directas que el lenguaje lírico de Hipnótica en general.
– ¿Tomaron algún disco en particular o algún artista de referencia para crear los sonidos o componer las letras?
NB: De manera directa no. Nosotros somos muy melómanos y muy fans de la música y nos vamos copando en distintas etapas de la vida con con distintas músicas y en algún punto se traslada a la obra de uno, pero tratamos de no referenciarnos de manera tan directa en nada. En la grabación del disco escuchamos mucho los clásicos de Lenny Kravitz porque estábamos con la idea de caer en una sonoridad orgánica, simple, clásica y tradicional. También el último disco de The 1975 (Being Funny in a Foreign Language), sobre todo la parte más tranquila.
Hernán Ortiz: También Frank Ocean, Bon Iver, John Mayer. Pero capaz hay cosas que después no terminan reflejándose directamente en la paleta pero sí son influencias que están por ahí dando vueltas.
– Por lo que vi, hay un solo tema que realizaron con la colaboración de Armenia. ¿Qué rol tiene esa colaboración en este álbum y por qué decidieron no agregar más de una?
HO: Es la única que se nos dio orgánicamente en el proceso de composición de este disco. Si bien siempre estuvo la idea de invitar gente a cantar, después naturalmente las canciones las sentíamos bastante completas. En el caso de este featuring se dio que, en el medio de este año y medio que nosotros estuvimos ahí rosqueando las canciones y dándole vueltas, nos surgió un viaje a Colombia y hablamos con nuestra editorial para juntarnos con gente a escribir, porque estábamos en esa tanto acá como en cualquier lado que estuviésemos. Ahí surgió esta colaboración, de juntarnos una tarde con Juan, con el Toro (integrantes de Armenia), y él aportó una cosa a la canción que compusimos que nos pareció que era re personal y re de él.
NB: Si lo sacábamos al Toro perdía un poco de magia la canción. A medida que hicimos el disco fuimos encontrándonos con las canciones y en ningún momento nos desesperamos mucho por los feats, que es algo que igual tenemos presente, y que nos gustaría desarrollar de acá para adelante. Esa canción pidió al Toro y las demás se acomodaron bien a nosotros y fue suficiente.
– ¿Cómo ha influido el contexto actual político-social y económico en la creación del álbum?
HO: En Argentina característicamente siempre es difícil. Siento que ahora en este momento en particular, la cosa está difícil desde hace un montón de tiempo, pero ahora en el momento de tener que salir a defenderlo, podemos ver que está bastante dura la mano.
NB: Creo que nos pega más ahora que tenemos que salir a tocar y a defender el disco que en la grabación misma. En ese momento teníamos todo ya seteado y la grabación planteada y siento que el contexto social influye de manera invisible por así decirlo.
HO: Sí, sí, como en la onda en la que uno tiene para ir a laburar.
NB: A nosotros se nos coló en las canciones también, hay una que habla un poco del quilombo social que estamos viviendo. Creo que sin dudas sabemos que vivimos en un contexto muy áspero, motivo de muchísimas cosas en conjunto, y en este momento particular para todo el colectivo de artistas es muy difícil llevar a cabo los proyectos, estamos resistiendo como se puede. También nos queda defendernos a través del arte, tratar de tomar lo que está pasando alrededor y ver de qué manera podemos expresarnos y aportar desde nuestro lugar que es el de la música y el de ser artista.
– ¿Cómo se sienten respecto a la evolución de la industria musical y su impacto en este lanzamiento? ¿Han adaptado su enfoque a las nuevas tendencias y plataformas digitales?
HO: Hay algo que para el artista cada vez es más duro, pese a que hay gente a la que le va increíble y que aún así sufre los problemas: tener que estar expuesto 24/7 y estar dibujando una tras otra, tanto en tu carrera artística como en la venta de su proyecto en redes sociales. Nosotros venimos de otra generación, pero a la vez no somos giles, entendemos que el mundo funciona a través de esas vías y también sabemos que para tener presencia en el mundo real hay que tener presencia en el mundo virtual. Frente a esto tenemos un equipo de marketing, trabajamos en ideas para poder hacer llegar nuestra música a la mayor cantidad de gente por todos los medios que van apareciendo y usarlos a favor. Estas herramientas son las que permiten que una persona desconocida desde La Quiaca pueda llegar a una persona que está en cualquier lado y a hacerse masivo y conocido. La industria es un doble filo en el que hay que tratar de andar sin cortarse.
NB: Siento que la industria está cada vez más contaminada y que cada vez está más lejana de la música. Creo que es cada vez más del entretenimiento y menos de la música. A la vez pertenecemos a ella y pretendemos vivir de este proyecto y hacerlo crecer hasta donde más se pueda, entonces la tenemos en cuenta. La verdad que no es algo que esté muy presente a la hora de hacer los discos, está más presente en la charla posterior, a cómo salir a tocar, a cómo promocionarlo y cómo mostrarlo, cómo mostrarnos nosotros.
– ¿Cómo definieron la estética para los videoclips de las canciones y cómo fue su proceso de filmación?
NB: Fue una idea nuestra, empezamos a pensar en algunos videoclips al principio de alguna de las canciones que suponíamos que podían ser corte de difusión. Nos dimos cuenta de que podíamos hacerlas encajar entre sí. La idea principal que nosotros teníamos eran videoclips tradicionales que con el correr de la charla empezaron a mutar. Íbamos a hacer solo tres y después nos dimos cuenta de que cada canción tenía su historia. Nos unimos al equipo de Plaga Producciones que nos ayudaron a llevar esta idea a cabo y fue una grabación re liviana, re agradable, súper simple.
– El año que viene se van a presentar en el Quilmes Rock. ¿Qué expectativas tienen sobre tocar en un festival tan masivo y compartir grilla con artistas de gran alcance?
HO: Flasheados. Volando alto. Además es como la vuelta de Hipnótica a los grandes festivales, hemos tenido una presencia bastante copada en un momento y después dejamos de estar y el Quilmes del año que viene va a ser como nuestro gran regreso.
– Más allá de este festival, ¿Cómo es el cronograma que tienen armado para presentar el nuevo material?
NB: No hay una programación a corto plazo porque la idea inicial era presentar el disco en diciembre, de hecho ya teníamos la sala reservada en Buenos Aires y en Córdoba y después empezaron a salir muchas propuestas de de shows random. Por ejemplo, en Nómade, que hicimos la semana pasada, en Club Paraguay, en Rosario y nos pareció más atinado tocar un poco, curtir la banda, encontrarnos de nuevo con el público. Hay una programación para el futuro, pero no es cercana. Tenemos ganas de movernos un poco de Córdoba y de Buenos Aires y hay muchas cosas a punto de confirmarse.