Con una escenografía futurista y muchos invitados, el DJ y productor presentó su primer disco en el mítico recinto de Niceto Vega.
Lo que podría haber sido un martes más terminó siendo una de las convocatorias más grandes de artistas del año. El epicentro de este encuentro: Evlay. El productor presentó 333, su primer disco de estudio, en Niceto Club. Ahí, demostró porque es uno de los productores más reconocidos de la escena actual y porque tiene ganados los distintos lugares que ocupa. Desde ser el guitarrista fijo de la banda de Wos, hasta su rol como DJ.
Para la velada, Evlay eligió el formato trío (él arriba y en el centro del escenario), sumado con dos partenaires que estuvieron más que a la altura. Uno comandando la batería, y otro acompañando desde el moog y el bajo. A esto hay que sumarle la escenografía que presentó, donde cada integrante tenía su sector con pantallas y el cual rememoraba cierta estética que tenía Daft Punk con su mítica pirámide.
El artista arrancó el show igual que su disco, donde los gritos que aparecen en “Intro” ya empezaron a sonar, para poco a poco ir adentrándote al viaje sonoro que tenía planeado para esa noche. Luego le siguió “333/C.H”, que dio paso a que Evlay agarre por primera vez la guitarra, empezando a encender la pista y poniendo los primeros tintes rockeros de la jornada.
Esto dio paso al primer invitado de la noche: Nicolas Alfieri, de Todo Aparenta Normal. Como un verdadero rockstar acompañó al productor en “Sillón verde” y, tomando el impulso del tema anterior, explotaron los dos en lo que fue una versión a pura potencia. Después, para bajar las revoluciones, vino “Inflexión”, qué cuando menos se lo esperaba el público, el escenario se apagó y desde el balcón de Niceto apareció An Espil a cantar acompañada solo por un teclado, donde la cadencia y la sensibilidad de su voz regalaron el momento más íntimo y emotivo del show.
En la velada no podía faltar esa cuota de trap y hip hop, que se encargó de ponerla con “Papelitos”, su feat con Neo Pistea. A pesar de que la gente ya estaba entregada y el goce no faltaba, todos querían que llegue ese momento tan especial, y Niceto lo hizo saber cuando se cayó todo abajo con la aparición de Santiago Motorizado y Wos para cantar “Investido”, donde las barras de Valentín, la voz de Santiago y Evlay empujando desde atrás con la viola, se combinaron para que todo el público llegue a un éxtasis musical único.
Ya para esta altura era imposible bajar los decibeles. Todos estaban en la misma sintonía y Evlay lo sabía. Por eso, para “Vasco” convocó a Cater1nah, que casi como un grito de guerra dejó todo y más, dándole la forma y el color que la canción necesitaba. En “No siento mi sangre” entró Taichu y rápidamente Niceto se convirtió en una discoteca de Berlín, donde lo único que se podía ver eran cuerpos entregados al ritmo de la música.
Para ir cerrando la noche, y en modo de profeta, se sumó Ca7riel para cantar “Antro” y mostrar una de las tantas facetas musicales que tiene, donde la fantasía y lo onírico atravesaban el recinto. El final fue “Cabezas del tiempo” con Lisandro Aristimuño al frente con la guitarra y con un magistral juego de voces, y un Tomy Sainz magistral desde la batería.
Así, y con “Chela” de fondo, Evlay se despidió de su público en lo que fue una noche de ensueños para el productor, abriendo una nueva etapa en donde su nombre es el que va a aparecer adelante y demostrando que su techo está muy lejos de verse.