Con Björk a la cabeza, el poder femenino arrasó el Primavera Sound

Con un lineup íntegramente de mujeres, la segunda gran jornada del Primavera Sound 2022 dejó una gran imagen y expectativa por lo que se viene en el fin de semana.


Una de las particularidades del Primavera Sound 2022 fue su cronograma. Acostumbrades a festivales de dos o tres días, les amantes de la música nos encontramos con fechas esparcidas con distancias de días y hasta meses. Mientras el evento principal continúa siendo una fecha doble repleta de integrantes, el festival catalán propuso fechas adicionales el 31 de octubre y el miércoles pasado.

Con todo preparado en el predio de Costanera Sur, Feli Colina salió al único escenario a dar la primera pincelada de un cuadro exclusivamente femenino. Acompañada por Los Infernales, su banda estable, la artista comenzó con “Valle Encantado”, la canción de su flamante álbum homónimo.

Foto: Agustin Duserre

Vestida de negro, cual señora de la oscuridad, su danza y canto fue atrapando al público en una vorágine de aplausos y vitoreos. “Aguatera”, la anteúltima canción, unió al público en su estribillo, mientras que el cierre con “Diabla” lo sentenció al baile. Una presentación fundamental de Feli, la única representante argentina de la noche.

Entre tanto, la gente seguía ingresando al predio y llenando los espacios habilitados. Tras paredes transitorias de madera, se podían ya vislumbrar los escenarios en los que más de treinta artistas tocarán este sábado y domingo.

Tras una breve -y puntual- espera, Javiera Mena asomó saludando a la multitud del Primavera Sound con un traje totalmente rosa. “La isla de Lesbos” y “Luz de piedra de luna” se suscitan hasta que la artista chilena saluda al público argentino, con quien tiene no solo feeling sino historia.

Foto: Agustin Dusserre

Calzando una guitarra Telecaster color mostaza y alternando con sintetizadores, Javiera se dio el lujo de presentar canciones pertenecientes a su reciente disco Nocturna (2022), cuya tapa adornaba las pantallas; pero no solo hubo nuevas canciones. Cerca del final del show, la cantante agradeció el aguante que recibe constantemente en Argentina complaciendo el pedido de un fan que recibió por Instagram y tocando “Al siguiente nivel”, canción perteneciente a su disco debut, Esquemas juveniles, grabado precisamente en Buenos Aires.

Con la noche ya asomando en el predio de Costanera Sur, llegaba el momento de acercarse a los puestos gastronómicos en sus dos ubicaciones, cerca de la entrada y a la derecha de lo que será el escenario Samsung. Los precios, como es de esperarse, eran mayores a los que uno suele encontrar en bares o restaurantes porteños, aunque hay que destacar que existen algunas opciones bastante accesibles y es posible comer con un presupuesto que va desde los $ 1.200 a los $ 2.500, según las opciones elegidas.

Foto: Trigo Gerardi

La mexicana Julieta Venegas abrió el tercer show de la noche con “Bien o mal”, calzando su característico bandoneón y acompañada de una modesta banda de tres integrantes. La cosa iba a cambiar en el sexto tema, “Caminar sola”, para el cual se le unió un ensamble de cuerdas que sumaría sus arreglos durante todo el show.

Con el predio bastante más lleno de un público nostálgico de hits de los 2000, Venegas mediaba anécdotas y explicaciones de cada una de las canciones que presentaba. Tras adelantar “Caminar sola”, de su flamante disco Tu historia (estrenado hoy), aprovechó para despachar su arsenal de canciones como “Me voy” y “Limón y sal”, para concluir con “El presente” en una nube de aplausos y hormigueos en la piel por parte de la gente.

Foto: Cata Almada

Con la noche asentada y la espera por Björk, faltaba nomás aprovechar las opciones de cerveza Heineken y vodka Sernova que ofrece el predio del Primavera Sound. El alcohol solo puede ser consumido dentro de predios específicos que cuentan con parlantes pasando música, por lo que es imposible disfrutar el recital al tiempo que uno disfruta una cerveza helada. Un punto siempre polémico pero necesario en la organización de eventos masivos.

Mientras nos acercábamos a escuchar a Björk, se escuchó un “casi flasheo que estoy en el Lolla”, y es que las comparaciones son odiosas pero a veces necesarias para transmitir lo que fue vivir esta fecha del Primavera Sound.

Foto: Cata Almada

La artista noruega pisó el escenario con un vestido repleto de colores y una máscara con cuernos, cual valkiria de arcoiris. El show no fue nada sino sobrio. Un conjunto de cuerdas del Teatro Colón dirigido Bjarni Frimann y una puesta de luces estáticas fueron la única compañía de Björk para un recital atípico y orquestral.

Esto no impidió que el público se emocione, cante y vitoree cada canción; y si el sonido de los aplausos se tornaba ensordecedor entre tema y tema, mayor era el efecto cuando la cantante esbozaba un perfecto “¡Gracias!”. “Hunter”, “Hyperballad” y “Pluto” fueron de los puntos más altos del show, siendo este último el final del recital y de la jornada de música en Costanera Sur. Una noche de disfrute, baile y de total hegemonía musical de mujeres con talento inmenso.

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