En La Tomada, ubicado en el barrio de Chacarita, se realizó una nueva edición de Juntada junto a Buhero Negro, un espacio donde la música y la gastronomía se unen en un solo lugar.
En julio de 2023 Andi Pomato, que luego de varios años de vivir en Londres volvió a Argentina y lleva adelante su nuevo proyecto Armando de la Península, y José Soubiron, también músico y productor, crearon Juntada, un espacio creado para escucharnos de otra manera, de cerca, y comer algo rico con amigos.
A este proyecto se le sumó Buhero Negro, el fernet que vino a romper con los estereotipos y a desafiar los pensamientos únicos; pensado para aquellos consumidores curiosos, con ganas de explorar y salir a descubrir nuevos espacios. Esta conjunción crea un lugar donde alrededor de 45 personas se reúnen distribuidas en sillones, almohadones en el piso y una gran mesa comunitaria. Una vez por mes, un músico independiente toma el micrófono en este espacio para compartir su “otra versión”, una más íntima.
La última edición de Juntada fue el viernes 31 de mayo en La Tomada, Chacarita, y tuvo la presencia de grandes músicos como Juan Ingaramo, Pablo y Mery Granados, Palta & the Mood, Lisandro Skar, y otros tantos artistas. Bajo la premisa de “Pizzas, fernecitos y amigos”, las personas que pudieron estar presentes disfrutaron de más de 2 horas de música en vivo, y hasta se animaron a ser parte del open mic que se abre al final de cada Juntada.
Buhero Negro, el compañero perfecto para una noche de música
“De eso se trata: de ampliar horizontes, ser más creativos y sabios; Buhero Negro invita a los amantes del fernet a vivir una experiencia distinta”. Así, bajo ese lema es que la marca de fernet ayuda a que espacios como Juntada sigan creciendo día a día, abriéndole las puertas a distintos artistas independientes y creando lugares donde la gente se encuentre.
La esencia de la marca está definida por valores como la sabiduría, la libertad y la perspicacia, que se relacionan con la figura del búho y su capacidad de girar su cabeza 270° y observar el mundo desde múltiples ángulos, fomentando diferentes puntos de vista y abriendo los ojos del consumidor.
La búsqueda de intimidad en un mundo despersonalizado
Un cambio silencioso, pero poderoso en la forma en que las personas buscan conectarse con el universo que las rodea, comenzó a gestarse post pandemia. La búsqueda de la intimidad se ha convertido en un acto de resistencia contra la despersonalización de la era digital, un recordatorio poderoso de nuestra necesidad innata de conexión genuina.
Saturados de interacciones digitales y experiencias despersonalizadas, los individuos buscan espacios donde la calidad de la conexión sea prioritaria por sobre la cantidad de interacciones: encuentros en espacios más pequeños y acogedores, ya sea en cafés íntimos, clubes de lectura, talleres de arte o círculos de conversación; son algunos de los lugares que auspician de refugio contra la impersonalidad de la vida moderna.
Cuando lo alternativo se vuelve mainstream
Mientras tanto, en el ámbito cultural, estamos siendo testigos de un gran fenómeno: el ascenso de pequeños artistas en un paisaje musical cada vez más globalizado. La democratización de la tecnología y la difusión digital han derribado las barreras tradicionales de entrada a la industria musical, permitiendo que talentos emergentes encuentren su audiencia en todo el mundo.
Estos artistas emergentes están aprovechando plataformas como las redes sociales y los canales de streaming para compartir su música con audiencias globales, sin depender de grandes sellos discográficos. Este cambio ha dado lugar a una explosión de diversidad y creatividad en la escena musical, con géneros y estilos que desafían las etiquetas convencionales y proponen nuevas formas de ver las cosas. Más allá de las fronteras geográficas y culturales, la música se convierte en un puente que une a personas que anhelan conectarse y expresarse desde los diferentes rincones del planeta.