
Bubis Vayins celebra sus ocho años invitándonos a frenar
La banda rosarina lanzó Alguien tiene que frenar, un disco acústico que reversiona seis temas de su discografía en el marco de sus ochos años.
Bubis Vayins celebra sus ocho años con Alguien tiene que frenar. El nuevo álbum de la banda que integra el sello BPM reversiona en formato acústico parte de su material discográfico. Su nombre no es arbitrario: el material nos invita a hacer una pausa ante el ruido y el caos del mundo insensible.
Luego de la crudeza despojada e irreverente de Fantasías de violencia (2024), el disco es un llamado a apaciguar el ritmo de los pensamientos, despertar nuestros oídos y abrazar la sutileza y la sensibilidad -no menos crudas- del mundillo al que transportan los instrumentos de cuerdas.
El nuevo material no sólo es un repaso de algunas de las canciones de los discos anteriores de la banda de post rock/ indie rosarino sino también una nueva entrada: una línea de fuga, otro modo de contar y sentir la crítica existencial que caracteriza a Bubis Vayins. Las imágenes irreverentes y existencialistas de sus letras encuentran un nuevo sentido íntimo, más introspectivo, en el sonido refinado de la música clásica.
La composición tiene un sonido minuciosamente prolijo, donde cada instrumento (incluidas las voces) aportan su matiz y se amalgaman en armonía. La voz, o las voces de Maru Freire y Nico Landaburu, entregan imágenes de fragilidad en un registro suave, la guitarra acústica aporta amabilidad y fluidez, mientras que la viola y el violín imprimen dramatismo e ímpetu.
Alguien tiene que frenar recupera seis temas de la discografía de la banda. El álbum cuenta con dos temas del disco anterior Fantasías de violencia (2024), y uno de Las Presencias Pt. 1 (2020), Salir (2019) y Siempre veo algo en la oscuridad (2018).
El disco fue grabado y mezclado por Pati Muntaabski, productor musical reconocido en la escena y amigo de la banda rosarina. Además, se sumaron al sonido de Bubis, Martín Freire- hermano de la vocalista- en viola y Vero Antognini en violín.
El arte de tapa estuvo a cargo de Pablo Lucas, quien además es el bajista de la banda. Una pieza de arte digital que interviene una foto de Renzo Leonard que captura a niñxs tocando violín y guitarra, le da un approach fresco a lo clásico barroco.
