La cantante, compositora y productora siguió girando con su último disco y esta vez la cita fue en Chacarita, sobre el escenario principal del Complejo C Art Media. Así se vivió la noche a puro rock, euforia y emoción.
Barbi Recanati pisó el escenario del Complejo C Art Media ubicado en Chacarita a las 20.35, tal como había confirmado horas antes. También, como advirtió a mitad de concierto, se trató de uno de los setlist más largas de su trayectoria, con todos los hits que componen sus dos discos más el EP que la ubicó entre las máximas referentas del rock femenino de la década.
Columnas de fanáticos esperaban la llegada de la banda, todos con algo en la mano, la cerveza, el fernet, el cigarrillo, los elegidos para entrar en calor de cara a la euforia que se viviría minutos más tarde.
En eso, después de que la banda paraguaya Passiflorx teloneara con varios temas de su discografía, el momento más esperado llegó. Barbi, junto a los músicos que la acompañan habitualmente, entonó “Al fin”, el septimo track de Ubicación en tiempo real, álbum que sacó apenas comenzaba la cuarentena en Argentina.
Con un tema de apertura a todo volumen, la noche sólo podía ponerse más seria y con un hilo de canciones como “En la frente”,”Que no”, “Los demás” y “¿Qué le ves?”, siguió recordando aquel disco que en 2020 significó una oleada de aire fresco en medio de un panorama desolador.
La gente iba y venía. Jóvenes y adultos no dejaban de acercarse, más atrás, más adelante, con reposición de birra de por medio y llenando la capacidad del complejo. Eso tiene el rock de Recanati: la atracción a un público variado que espera ver empatía, furia y despelote en un mismo lugar.
Sin embargo, después de varios temas la fundadora del sello discográfico Goza Records frenó la música y luego de saludar, se detuvo unos minutos en las sensaciones la atraviesan estos días. “Creo que todo esto va a pasar”, sostuvo. Así es que pudimos ver a una Barbi más sensible, que no solo quiere prender fuego lo que hace daño mientras experimenta su etapa más “rivotril“, sino que también está buscando ese hueco de luz que todavía está, por algún lado, en esta época plagada de discursos de odio.
En sintonía, reparó en lo indispensable: “Mi único objetivo hoy es no volverme una mala persona”, reflexionó ante decenas de fans que se acurrucaban interpelados sobre el hombro de sus amigos, amigas, amores, hermanos, hermanas. Y así, por algunos segundos la ilusión de salir del C Art Media y pegar la vuelta a casa en la línea B siendo mejores, pareció materializarse.
En este paréntesis prometió que después de una seguidilla de melodías bajoneras seguiría el pogo y descontrol. Una vez más, cumplió su palabra. “Nada nadie”, su sencillo más reciente sonó a toda voz, seguido de “Para vos” y “Cosas”, ahora más cerquita de su último material El final de las cosas. Pero los ánimos se recompusieron cuando el riff de su primer lanzamiento como solista, “Teoría espacial”, dio el pie a los saltos y a los empujones del público, que esperaban cantar a gritos el tema bien cerca del escenario.
El centro empezó a vaciarse y las personas empezaron a tirarse de cabeza al pogo, dando paso a la ceremonia que había pronosticado Barbi algunas canciones antes. Se acentuó llegando casi al final, y se detuvo por unos minutos cuando la vocalista pegó un viaje al pasado al tocar un cover de “Nunca quise”, el himno de Intoxicados.
Pasó “Fin del mundo” y el cierre estaba latente. Cuando amagó con retirarse del escenario, la cantante dio un último aviso: quedaban dos temas antes del final. El primero, sugirió, era para chapar y bailar bien cerquita, mientras que el segundo daría ganas de “romper todo”.
Con una seña llamó a su “chica linda”, como la presentó, Paula Trama, líder de Los Besos para reunir sus voces en “Los días que no estás”, la balada que quebró más de un corazón en su primer disco de 2020.
Al final, como digna heredera del estallido feminista que conquistó calles, avenidas, espacios y recovecos entre 2017 y 2019 ante un reclamo popular, el elegido para cerrar el concierto fue “A la luz”, el tema que abre su primer EP. El lugar cobró temperatura y el público se despegó del suelo para saltar con una manija desmesurada en el estribillo, “¿No lo ves? / se va a caer / se va a caer”. Todos, todas y todes saldrían mejores de ahí, o por lo menos con más fuerza.
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