La artista salteña finalmente lanzó su segundo trabajo, y en grande: estrenó su LP grabado ni más ni menos que en el mítico estudio Abbey Road.
Feli Colina tiene una de las historias más impresionantes del indie. Llegó a Buenos Aires de Salta hace cinco años con el objetivo de estudiar Derecho, para pronto darse cuenta que su vocación era la música. Comenzó cantando en la línea B del subte, luego sumándose a las bandas de Gonzalo Aloras y Conociendo Rusia, como corista, formó su banda solista y recibió el premio mayor en 2018, cuando triunfó en el concurso Camino a Abbey Road.
La artista ya contaba con un primer álbum titulado Amores Gatos, lanzado en 2016, y dos singles. En su instagram bromeaba diciendo “ya que todavía no puedo sacar mi disco por falta de guita, voy dejando adelantos caseros para les ansioses que preguntan cuando sale”, y hoy se dio el lujo de lanzar su segundo disco grabado en uno de los mejores estudios del mundo.
Acompañada por Baltazar Oliver (La Femme D’Argent) en teclados, Manuel “Manusa” Figuerero (Salvapantallas) en batería, y Diego Mema (Salvapantallas) en guitarras, Feli entró a principio del 2019 a Abbey Road Studios, donde se cocinaron discos de los Beatles, Pink Floyd, Gustavo Cerati y tantísimos grandes artistas del pop. Además, Fran Saglietti (Francisca y los Exploradores), se sumó para la producción y algunos bajos del disco.
El fruto de ese trabajo ya había sido anticipado en el single “Martes”, y hoy puede verse completo. En YouTube, la cantante salteña lanzó un videoalbum donde se la ve acompañada de dos mujeres que representan el yin y el yang. El video está filmado en slow motion y su andar pausado acompaña perfectamente la música de Feli, cuyo análisis en profundo deberá esperar.
Por ahora, queda escuchar y analizar esta nueva pieza de indie nacional, de la que ya podemos anticipar que viene cargada con gigantes pianos y distantes guitarras distorsionadas.