El artista lanzó su álbum debut con tonos que van formando su huella propia y charló con Indie Club.
De acordes suaves y melodías dulces, este 1ero de noviembre Panchito Villa celebra el lanzamiento de su primer álbum homónimo producido por Julián Principe y grabado en Titanio Estudio y Estudio Urbano. Este cuenta con la participación de otrxs músicxs de la movida como Tani, Bruno Gross y Nicolás Peña (La Otra Cara de la Nada), Renzo Montalbano (Gativideo) y Manuel Schupak.
Los temas entre sí son muy armónicos, combinan. ¿Cuál es el concepto que atraviesa el disco?
El concepto que atraviesa el disco creo que tendría que reflexionarlo a posteriori. Los temas no fueron pensados como un todo sino que son, literalmente, los primeros temas que hice. Creo que atraviesan la melancolía, la ansiedad adolescente, las ganas de vivir y de exhortar al otro a no morir en vida. Creo que los temas hablan de los momentos previos y posteriores a cosas que nos marcan, están en tiempo pasado en general. Como si para disfrutar de la experiencia tuvieramos que esperar a la nostalgia de verlo todo en retrospectiva. Respecto a lo musical siempre me gustaron las texturas de guitarra acústica con sintetizadores y quise darle eso. Que el disco respire, que tenga una atmósfera y a alguien diciendote algo. La idea es que sea un manifiesto de una síntesis adolescente de todo lo que escuché y también dar a entender que todxs lxs que tienen los recursos lo pueden hacer. Creo que son armónicos porque tienen eso, comparten cierta melancolía y unas ganas de conmover y entretener a la vez. No son canciones densas, creo que es fácil que te resulten agradables. El proceso de mezcla y mastering sí se pensó como un todo entonces eso hizo que todo funcione.
¿Si tuvieras que describirlo en tres palabras, cuáles serían?
Tres palabras: ternura, melancolía y casa.
¿Cómo fue el proceso de evolución de “Hoy te vi” desde que lo lanzaste originalmente hasta su nueva versión en el disco?
Fue algo bastante hinchapelotas insistir con una idea tanto tiempo. En algún momento tenés que dejarla ir y es algo que a mí me cuesta bastante, más cuando creo que se trata de una buena canción. Veo algunxs músicxs que no regraban o dejan en el olvido algunas canciones increíbles y pienso que es una lástima Por ejemplo, Calamaro nunca hizo una versión de estudio de “Costumbres Argentinas”, un tema tan canónico del ‘’rock’’ nacional. La primera versión es del 2015 y la hice solo en casa así no más. Después creo que la toqué por un tiempo en vivo y por eso fue mutando lentamente. Recién para el 2018, Julián Príncipe, mi productor, me dijo de hacer una nueva versión para sacar a fin de año a falta de no haber terminado el disco (juajua) e hicimos esa versión medio groovera con un sample de llaves, me encanta. Después la banda cambió completamente. Quería hacerle un arreglo de cuerdas y agregarle una parte con una armonía diferente. Creo que sin Julián y sin la gente que me dijo que le parecía un tema buenísimo hubiera terminado siendo una idea inconclusa o algo bastante monótono en lo cual no hubiera insistido. Que sea la primera canción del disco es un pequeño homenaje a esa lucha interna supongo. Siempre está el chiste interno de ‘’¿qué vas a sacar ahora? ¿Otra versión de ‘Hoy te vi?’”
¿Cómo te trató el rodaje de “Sábado temprano”? ¿Qué nuevas experiencias y aprendizajes salieron de eso? ¿Fue totalmente autogestivo?
Fue totalmente autogestivo, ¡sí! Tuve la suerte de juntar a tres amigxs desde el día cero para que pensemos el videoclip. No fue sencillamente concretar una idea que yo venía teniendo en mente y sino que la craneamos de cero entre todxs, con mi mejor amigo Valentín Rougier que estudia cine y Jenny Babington. Aprendí a delegar, que a mí es algo que me cuesta mucho, confié en el criterio de la gente que estaba laburando y aportando constantemente. Por suerte fue todo muy profesional… con catering y toda la perinola (risas). El día anterior al rodaje me quedé sin voz y el mínimo diálogo que tengo lo doblamos a puro té con miel. La lección que me quedó fue: ¡aprender a bailar pronto! Fue un gran desafío para mí ser la cara visible del videoclip que, en lo audiovisual, no es algo imprescindible de parte del artista en cuestión. A la vez usamos referencias de videos bastante modernos como “Si te alejas” de Daniela Spalla y “Ya lo sé” de Indios, que justo son ellxs mismos poniendo el cuerpo.
¿Qué música estabas escuchando mientras componías los temas que hoy conforman este primer lanzamiento? ¿Sentís que hubo una influencia de eso?
Creo que la lista es interminable porque, como decía, son temas que hice a lo largo de los últimos años y es justo un período de la vida (la adolescencia) donde lógicamente estás creciendo todo el tiempo y la música se te mete por todo el cuerpo y es más fácil asimilarla. Por suerte poco a poco logro ir olvidando lo que escuché, sino sería una carga tremenda. Pero por nombrar un par de discos: Something/Anything de Todd Rundgren, Esquemas Juveniles de Javiera Mena, A Gift from a Flower to a Garden de Donovan, Travesti de Daniel Melero, Carnival de The Cardigans, Lesser Matters de Radio Dept. Y miles más. Casi todos los días trato de revisitar los clásicos, Sign o the Times de Prince, Station to Station de Bowie, Tapestry de Carole King, Bocanada de Cerati y los discos de Fito, Charly, Beatles, Tom Jobim. Seguro me olvido de más esenciales. Por supuesto, hubo una influencia más que nada con respecto al formato canción, me gustan los discos que tienen la intención de ser perfectos y que son perfectamente audibles por cualquier persona. Claro que no siempre le va a gustar a todo el mundo pero, desde donde yo lo veo la música que se vuelve inmemorial es la que está conectada con todo y con todxs y lleva una melodía que podés tararear, que te lleva a pasear. Es lindo pensar que la música viene y se te mete, te atraviesa como un intruso y por ende no hay forma de controlar las influencias para mí. Aunque escuches todos los días un disco que quieras que te guste, la cabeza va a ser selectiva a su manera e inconscientemente va a grabarte a fuego ciertas cosas y no otras. Tengo el recuerdo de estar en el secundario todo el día escuchando los EPs de Radio Dept, o fantasear con ver a Melero en vivo.
“Tan común” tiene una duración de 5 minutos, un buen intervalo y un final inusual ¿cuál es el significado de esa decisión?
Fue medio un caos, resolvimos que la canción se diera así hace menos de un mes. Es mi canción favorita porque es la última que hice (siempre quise decir eso y que fuera una verdad). Tiene un intervalo que es como un respiro, pasa de ser binaria a ternaria la división del tiempo. Yo me lo represento siempre como a alguien bajando mil revoluciones y sentándose en la penumbra con un vaso de whisky y un pucho a observar cómo se desarrolla el resto de la canción y nos ve a nosotros dándolo todo en ese final instrumental. Respecto al final, lo veo como una presentación de lo que se viene respecto a mi música. Si bien este disco es bastante onírico o dreamy siento que es simpático, que lo podes escuchar al mediodía o merendando y te vas a sentir hallado. Ahora estoy ahondando más en atmósferas de la noche, un poco más oscuro, como un zombie chocando contra algo hasta que pasen cosas y se abran puertas. La idea fue justamente cerrar el disco dando pie a otra cosa que nada que ver. Agarramos el sólo de sintetizador del final y lo grabamos con una cassetera tomándolo como salía del parlante y después lo estiramos y se volvió ese monstruo que está ahí. Es de esas cosas que pueden afirmarse que son sublimes u horrorosas o una cabeceada super bizarra.
¿Cómo ves la escena de la música local actualmente? ¿Te sentís parte de la movida? ¿Qué otros proyectos del indie recomendarías?
La verdad que encuentro el panorama bastante optimista, me costó estos años encontrarme con propuestas que me conmovieran realmente. Me siento parte de una movida que como generación nos tiene a mí, a Fonso, Coghlan, Tani, Gativideo y La Otra Cara de la Nada entre muchísimxs. Creo que aquello que nos cohesionaba cuando armamos el sello Yolanda Discos, hoy está un poco más quebrado, tanto en la forma de hacer las cosas o encarar nuestros proyectos como desde lo musical per se. Por suerte se trata de multiplicarse y de que todos tienen una visión única de cómo queremos que esos aspectos cambien y el mundo se transforme. A su vez, es complicado el contexto para que un sello independiente se asiente económicamente, circule y produzca en forma constante. Todo tiende a ser más bien aislado y requiere mucho esfuerzo y recursos. En lo personal me siento abierto a que me tomen, a explorar nuevas músicas y espero que sea un mood que se conserve, no descarto nada.
Desde lo musical, por ahí la falta que siento, es la ausencia de un diálogo más divertido con cierta parte del canon del rock nacional y que para mí puede ayudar a desarticular los preceptos por los cuales se piensa que todo ya se hizo o que sencillamente hay que descartar el canon vigente. Sinceramente pienso que hay tanta calidad musical en los 80’s que podemos seguir robando a mano armada lxs músicos jóvenes y generar híbridos impensados. Imaginate un monstruo gestado entre Charly García y Travis Scott.
Recomiendo mucho Los Nuevos Ricos de Hembro, Besos en la Espalda que es el último disco de Indios, Crucero Cristal de Anyi. ¡Hay miles! ¡Escuchen todo loco!
Fotografías: Lucía Noel. Arte de tapa: Ignacio Morelli.
Me encantó la música que hace y tiene una combinación de sonidos impresionante! Bien por esta juventud que trabaja por mantener la buena música! Felicitaciones!
Excelente el disco, y muy buena entrevista.
La creatividad y la reflexion juntas de la mano.