
Chechi De Marcos desplegó sus alas en Niceto
La artista presentó El ángel que soy, su último disco de estudio, en una noche llena de emociones e invitados.
El jueves por la noche, Niceto se dispuso a recibir a todos los feligreses que querían la bendición de Chechi De Marcos. Las encargadas de llevar a todos al altar fueron Kill Flora, que, casi en rol de monaguillos, prepararon todo para la celebración que se venía. Alrededor de las nueve y media de la noche, apareció Chechi, quien, con los primeros versos de “Esperanza”, dio paso al comienzo de la misa.
Lejos de quedarse en pose de estrella pop, De Marcos agarró la viola y, junto a su coequiper Martín Allende, regaló dos versiones cargadas de rock de “El ángel que soy” y “Vos y yo :3”, ya poniendo al público en lo éxtasis. Luego, como regalo para los fans que la siguen desde siempre, tocó “Desconocido”, rememorando su primer disco de estudio, Cecilia. Lejos de frenar, y para ir cerrando el primer bloque, cantó con todas sus fuerzas “Amar sin saber”, un himno para los desangelados de amor.

Luego, la banda se retiró por unos momentos. Chechi tomó la guitarra acústica y, como sus ángeles guardianes, aparecieron Feli Colina y Esmeralda Escalante para cantar juntas “Las cosas simples”, regalando uno de los momentos más íntimos de la noche y uniendo tres de las voces más dulces de la escena indie actual. Siguiendo la línea folk del espectáculo, las luces se apagaron y todos los reflectores apuntaron a la cantante para que interpretara “Qué te hizo ir”, donde la nostalgia y la melancolía desbordaron todo el lugar.
La banda volvió al escenario, pero con una sorpresa: Santiago Motorizado en versión cowboy. Ahí acompañó a la artista en “Sailor Moon”, momento en el que la belleza se transformó en canción. Aun así, De Marcos todavía tenía muchos amigos más para invitar: apareció Delfina Campos en “Cena familiar” y El Príncipe Idiota en “Desaparecí”, que tuvo un cierre bien funky y bailable.

Mientras Chechi De Marcos se retiraba del escenario de Niceto por unos minutos, su banda mostró todo su virtuosismo en los instrumentos, demostrando que no solo estaban a la altura, sino que habían venido más que preparados para la ocasión. Una vez de regreso la cantante, solo quedaba hacerlo explotar todo por los aires. Comenzaron los pogos con “Qué te hizo ir”, que incluyó un solo magistral de guitarra por parte de la artista, y, para terminar de coronar el bloque, una poderosa versión de “Vamos a cazarnos”, donde ella y Allende desataron la locura rockera contenida en Niceto.
Y como todo en la vida, todo tiene su final, y en esta ocasión el ángel debía partir al cielo de nuevo: ya había dejado todo lo que tenía. Por eso, Chechi apareció angelada y con alas para despedirse con sus dos últimas canciones de la noche. Primero interpretó, en solitario, “Roberto”, y luego, con la banda completa, se despidió a pura potencia con “Casi nunca entiendo nada”.
Este Niceto no solo consolidó El ángel que soy, uno de los discos del año, sino que también terminó de confirmar que hoy Chechi De Marcos es una de las artistas con mejor proyección en la escena musical argentina. Todavía falta mucho para ver hasta dónde puede volar el ángel.
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