El grupo canadiense regresó al pais por tercera vez para presentar su último disco, Mid Spiral en una nocha sin desperdicio.
Apenas un año después de su última presentación en Buenos Aires, Badbadnotgood regresó a estar tierras en el marco de la gira de presentación de su último disco de estudio, Mid Spiral, lanzado apenas unos meses atrás. En lo más alto de su carrera hasta el momento, recordemos que llevan casi quince años de trayectoria, el grupo formado por Alexander Sowinski (batería), Chester Hansen (bajo) y Leland Whitty (saxo) se dieron el lujo de girar por el mundo para festejar el disco.
A modo de trilogía, Mid Spiral fue lanzado en tres EPs individuales a lo largo del 2024: Mid Spiral: Growth, Mid Spiral: Order y Mid Spiral: Chaos. Con cada entrega del álbum el power trio canadiense supo reafirmarse como uno de los mayores exponentes de un género fundamentalmente mestizo. Y es que el grupo de jazz fusión sabe expandir los límites de lo que se puede esperar dentro de su acotado mundillo coqueteando con el lofi sin dejar de frasear al jazz moderno en las teclas.
Growth, Order, Chaos
El evento fue en un lugar cuando menos atípico para la noche porteña (o al menos por fuera del circuito under/indie): Centro Cultural Deseo. A pocas cuadras del monstruo que supone el Movistar Arena o el (en auge permanente) C Art Media, Deseo se propone como una alternativa apartada y tranquila; insospechado nicho para el grupo canadiense. Tras la presentación de Vinocio como telonero, la noche continuó por lo más alto con los temas todavía calientes del horno. En una sucesión fogosa de los mejores temas de Mid Spiral, se interpretaron bombas como “Eyes on me”, “Sunday afternoon´s dream” o “First love”.
En medio de ese candor que nunca supo dejar de sonar a beatnik, Badbadnotgood dio repaso también a los mejores temas de su discografía poniendo el cuerpo a disposición del público. Y es que, hoy más que nunca, es imposible negar que el vivo siempre va a superar al record. La propuesta exploratoria toma calibre sobre el escenario en una interpretación sin igual con rítmicas atrapantes y saxos que conectan con los orígenes del género aún manejándose por las márgenes.
La imagen general después de unos minutos de show invitaba a pensar que los músicos lo estaban disfrutando tanto como el público mismo e invitaba a sumarse a este clima. Y es que con Mid Spyral Badbadnotgood no se quedó con ganas de nada. Partiendo de un jazz simple y ameno se elevan para alcanzar estados tan disímiles como el jazz rock, donde la guitarra lo fue todo,el afrobeat que invitaba a bailar o las reminiscencias de aquel lejano amorío con el hip-hop que los supo alcanzar notoriedad en internet.
Una ambición desmedida
La suma da como resultado un grupo que no parece encontrar límites a su genio. Sin perder ese aire tenebroso del que rebalsaban en BBNG I (2011) o BBNG II (2012), actualmente sólo disponibles en YouTube, se han a alturas que ni ellos mismos hubieran soñado en sus inicios. De esos discos oscuros que el algoritmo arrojaba de madrugada a referentes del género, no se apartaron un ápice de la energía con la que comenzaron.
En la sofisticación general del disco, y del género en general, no se permiten arrastrar por el snobismo y reafirman su intención ecléctica sobre el escenario. Hay un nivel de precisión y minuciosidad al momento de interpretar los temas que no se condice con la alegría y la soltura con la que los muchachos hacen mover al público. Y ese es otro gran acierto del show que se disuelve en una escucha íntima: tienen muchísimo carisma.
En un tosco español que se entendía más por contexto que otra cosa, el grupo no dejó de interpelar al público en ningún momento. No parece casualidad que en su primera presentación en Buenos Aires, en un diminuto Niceto Club allá por el 2017, Louta haya sido su telonero. Difícil saber quién imitó a quién, pero hacia el final del show Whitty pidió al público que se agache bien cerca del piso para estallar en un tímido pogo sobre un estribillo.
BBNG – Badbadnotgood
Así pasó Badbadnotgood por el Centro Cultural Deseo de Argentina, una vez más llevándose más seguidores de los que tenía antes de tocar. Y es que, verdaderamente, verlos en vivo es una experiencia que no se puede ? nadie sin importar que tan poco jazz curta. Porque lo grandioso de su propuesta es que no se roban en género para esconderlo en lo alto de una torre de marfil. Muy por el contrario, no tienen miedo de embarrarse con cuanta colaboración se les presente.
Al público feliz, un grupo feliz. Sin dudas es un placer volver a ver a Badbadnotgood brillar como sabe sobre el escenario, cada vez más grande y más concurrido. Esperamos que los tiempos se repitan y tenerlos una vez más el año próximo.