Con un show lleno de rock, Julián Kartun como invitado estrella y un guiño incluido a Gustavo Cerati, el artista cerró con todo su segunda presentación en el venue de Villa Crespo.
Con la pista de aterrizaje ya preparada en el Movistar Arena, Conociendo Rusia se hizo presente frente a más de 15 mil personas para cerrar su segunda fecha en Villa Crespo. Ahí, con “Jet love”, “Canciones” y “Te lo voy a decir”, el artista comenzó a trasladar al público al mundo de su último disco de estudio, mostrando que se venía una jornada mágica y llena de rock.
Recordando Cabildo y Juramento, el álbum que terminó de catapultar a la fama al Ruso, cantó “Puede ser” y casi como un guiño a la vuelta de Los Piojos, acompañó la canción tocando la armónica. Siguió con “Tu encanto”, “El chacal” y “Cinco horas menos”, con Chechi de Marcos poniéndose en el rol de Natalia Lafourcade, convirtiéndose en una de las partenaires más fieles del artista.
“Lo mejor” se llevó la primera coreada de la Arena y contó con el acompañamiento de miles de luces de celulares, para luego pasar a “Mundo de cristal” con Martín Allende yendo al frente con la guitarra. Si faltaba algo para que la gente explote, vino “Otra oportunidad” y “La puerta”, con Mateo llevando sus primeras canciones a lo más alto de la escena nacional. El cierre del bloque fue un solo magistral de viola, demostrando una vez más la maestría de Sujatovich con el instrumento y el rock que tiene en la sangre.
El momento íntimo de la noche constó de cuatro canciones, abriendo con “Se me hizo tarde” de La dirección a guitarra y voz, para luego pasar al piano y cantar “La luna” y “Montaña infinita”, las cuales fueron cantadas como un mantra por todo el público y teniendo a cada uno dedicándole esas letras a alguien.
Como en la primera noche fue Joaquín Levinton de Turf para cantar “Pasos al costado”, en la segunda jornada el invitado estrella fue Julián Kartun de El Kuelgue, quien regaló al público una hermosa versión de “Loco en el desierto”. Para no olvidar porque el Ruso es el nuevo estandarte del rock nacional y con toda la banda yendo al frente, reventaron el Movistar con “30 años”, donde los pogos no faltaron. Punto y aparte para Guille Salort en batería quien, como siempre, mostró que es el motorcito que necesita cualquier equipo.
Casi como si estuvieran jugando un Coca-Cola pero con guitarras, el Ruso y Allende volvieron a confirmar que el rock había llegado a Villa Crespo. Para “Cosas para decirte” todo el recinto estaba más que entregado al show y con Mateo ya en postura de guitar hero, regalando unos solos increíbles.
El final del recital fue un hit tras otro, mezclando “Una vuelta” con “Luces de neón”, regalando un hermoso cover de “Adiós” de Gustavo Cerati y con todos los reflectores apuntando a la nueva estrella del rock nacional mientras miles de personas coreaban “Cabildo y Juramento”. La frutilla del postre fue “Quiero que me llames”, que se llevó el pogo más grande la noche y que fue cantada como un himno nacional.
Así, Conociendo Rusia con un show más que completo y una banda sólida y potente, volvió a demostrar porque hoy es uno de los artistas más grandes de la escena nacional. Jet Love solo fue una nueva confirmación que el rock argentino está bien representado y que el futuro del género es más que prometedor.