Blair agotó su primer Niceto Club con filas de más de diez horas, dresscodes y un fanatismo pocas veces visto.
Dentro de la industria musical, si hay un grupo de fans que saben llevar su fanatismo hasta límites insospechados, son las swifties. Apuntando al mismo target, Blair se hizo de una base de fans tan sólida y efusiva como la de la Taylor Swift y los resultados asombran: fila desde las ocho de la mañana a las puertas de Niceto, dresscodes tácitos, regalos y gritos tan fuertes que llegaron a opacar a la misma Blair.
Ella lo sabe, y lo explota. Con su look de diva destruida que remite tanto a Lana del Rey como a Carrie, abrió el show ensangrentada, pucho en una mano, botella de vino en la otra. Luego de una previa musicalizada por artistas que claramente la referenciaban (sonaban tanto Charly como The Cure, My Chemical Romance como Lorde) y que culminó con el himno emo “Welcome to the black parade”, Blair abrió con “Otra noche en los ’70”.
Llorando en Niceto
Presentando en su totalidad Llorando en la fiesta, su primer álbum y eje temático del show, Blair interpretó por primera vez en vivo su último lanzamiento, “Novios imaginarios”, contracara punk y oscura del álbum. Del mismo modo, llevó al escenario una reversión de su single “Tu ausencia” (2020) bajo el subtítulo “emo remix”, siguiendo esa misma línea que recuerda a bandas como My Chemical Romance o la movida punk-pop del 2000.
Sin salirse del personaje, condujo el show por los diferentes estados de ánimo que atraviesa el disco. De la trágica ternura que despiertan “Opuesto complementario” o “Troya” y subiendo sin pausa para culminar a puro pogo con “Yo y yo” o “Rothmans”, se detuvo a interpretar dos covers que despertaron furor entre el público. “Cardigan”, del disco Folklore (2020) de Taylor Swift, como había presentado en su sesión, supo sintonizar con esa atmósfera de pérdida. “Not strong enough”, del disco The record (2023), de Boygenius, por otra parte, fue su “surprise song”.
Así y todo, hacia el final del show dejó de lado esa impostura de diva y mostró sus verdaderos colores. Tras un segundo cambio de vestuario, regresó orgullosa vistiendo la camiseta de Boquita. Así, más genuina, interpretó junto con BB Asul un single del 2020, “Rocho”, y en la misma línea de regresión a su época trapera, llevó al escenario “Deliro”. Finalmente, presentó una canción inédita de la mano de su guitarrista y productor, Dante Saulino.
Depués del show
Resultó impresionante ver al público una vez terminado el recital. Pocas veces se han visto, al menos en Niceto, fanáticos tan entregados al show. Blair, aún comenzando su carrera, supo llevar el ánimo del show de la mejor manera sin dejar de interactuar y por sobre todo agradecer las muestras de amor que le daban. Con humor, tras el típico pedido de “una más”, clausuró: “Perdón, no hay más canciones”.
Corriendo la cortina y volviendo a ese espacio intersticial entre el show y la realidad, volvió a sonar esa playlist imaginaria que hace a la atmósfera del Blair. Así, mientras la gente despejaba Niceto, sonaban “Disenchanted” y “Teenagers” de The black parade (2006).
Sin terminar ahí, del mismo modo que la gente comenzó a esperar desde las 7 de la mañana a que Blair llegara, se empezó a gestar una fila de gente a la espera de que saliera. Sin demorarse, la cantante salió a la vereda a devolver el cariño y entre abrazos, firmas y fotos concluyó la noche.
¿Qué hace de Blair tan especial? ¿Por qué despierta esa pasión? Posiblemente sea porque supo como ninguna encapsular en su música y su personaje lo más genuino que hace a una chica como ella. Los gustos y anhelos, pero también las tragedias y los malos momentos. El público puede verse reflejado en Blair y con toda seguridad ese es el fundamento para la fidelidad de sus seguidores.