La nueva serie de Santiago Korovsky, estrenada en Netflix, pone el foco sobre la diversidad quitándole toda la solemnidad posible.
“Tenés miedo de todo, no tenés proyectos, no te arriesgás, el sexo es flojo… no te admiro”, le va a detallar la novia de Felipe (Santiago Korovsky) a él, justo antes de mudarse juntos. Sumado a eso, le van a robar su mochila en un parque y terminará en una comisaría haciendo la denuncia, pero, casi sin querer, empezará a formar parte de la División Palermo, una nueva guardia urbana inclusiva: una chica en silla de ruedas, un ciego, un enano, una chica trans, un boliviano y un sordo serán los encargados de ordenar las calles y reducir los conflictos menores.
Y es que División Palermo parece no detenerse a preguntar sobre qué o quién se puede hacer humor, o quién tiene el derecho de hacerlo. En clave de un humor áspero pero fluido, la serie de Santiago Korovsky realiza una verdadera inclusión, entendiendo en qué lugar del objeto del chiste se para, pero a la vez sabiendo que la mejor forma de no discriminar es no hacer diferencias o excepciones en tratos o chistes.
En un contexto completamente actual, la serie tiene escrita “comedia” en todas sus secuencias, aunque lo balancea perfectamente con guiños de sorprendente verosimilitud. Un noticiero idéntico al que podemos encontrar en nuestra televisión, memes que realmente dan gracia y temas de esta coyuntura -como el medioambiente, las frases motivacionales o charlas TED- nos sientan nuevamente en la realidad después de lo absurdo de la premisa.
La serie se completa con Pilar Gamboa como Sofía, compañera de Felipe, Martín Garabal haciendo de policía creído, Daniel Hendler como el líder manco de la Guardia y Alan Sabbagh, Carlos Belloso e Iair Said como el trío de villanos que bien podría estar sacado de Tiempo de valientes. Además, también participan Charlo López, Marcelo Subiotto y Fabián Arenillas, entre muchos otros.
División Palermo fue escrita por Ignacio Sánchez Mestre, Florencia Percia, Martín Garabal y el propio Santiago Korovsky, quien se da el lujo de francellearla y hacer a su personaje hincha de San Lorenzo, club del que es hincha en la vida real. En su primera semana en Netflix, ya llegó al top #1 de series populares en Argentina y con esta aceptación se puede fantasear, por qué no, en una futura segunda temporada.