Los festejos por las dos décadas de vida del sello marplatense continuaron el jueves en una vibrante velada con tres de sus artistas más emblemáticos.
La nueva fecha en celebración de los 20 años de Casa del Puente, el pasado jueves en La Tangente, confirmó lo que ya sabíamos desde las anteriores: hay equipo. En esta ocasión, fueron Altocamet, Buenos Vampiros y Riel quienes se unieron para demostrar la vigencia y fortaleza del sello marplatense -también hogar de Pyramides, El Club Audiovisual y Sobrenadar, entre otros- en una noche de buena música y aire a victoria, que siguió a otros eventos de festejo en La Trastienda y GAP Mar Del Plata en meses pasados. La casa tiene cimientos sólidos y estas primeras dos décadas son apenas el comienzo.
Los primeros de la fecha en tomar el escenario fueron Altocamet. El grupo, pioneros de la movida alternativa local que llevan explorando corrientes como la nueva psicodelia y el pop ambiental desde los 90s, demostraron que para ellos los años no pasan en un set basado principalmente en material de su más reciente álbum, Surfista nocturno (2021). El dream pop sugerente de “Orden espontáneo”, guiado por teclados resplandeciente y la voz arrulladora de Adrián Valenzuela, fue el puntapié inicial de una seguidilla marcada por sonidos texturales y envolventes.
“Abuso horario”, que parte de aquella misma base etérea para luego explotar en un estribillo antémico, marcó uno de los primeros puntos altos de la velada; mientras que el gentil glitch bailable de la canción que da nombre a la placa bastó para poner en trance a más de uno. Sin embargo, para el cierre los marplatenses se remontaron al corte estilo shoegaze “Aurora boreal” de su disco Más allá del 2014, terminando en una nota más rockera.
Retomando la atmósfera nocturna de Altocamet, pero subiendo la intensidad varios decibeles, vinieron a continuación Buenos Vampiros en un asalto de post-punk puro, directo y electrizante. La banda, lista para el lanzamiento de su nuevo álbum Destruya!, nos dio más de una razón para querer escuchar el inminente trabajo con un notable repaso de temas de su debut (Paranormal, 2019) y sus más recientes singles.
Canciones como “Momentos”, conducido por una base instrumental propulsante y la grave voz de Ignacio Perrotta, sacaron del público algunos de los primeros pogos de la noche. También a cargo de él estuvieron cortes como “Todo el mal”, una de las más recientes entregas del grupo, en la cual la performance del vocalista -hipnótica y sufrida- alcanzó uno de sus puntos más intensos. Por su parte, Irina Tuma le puso su propio sello a “Qué hay”, en la cual la guitarrista y cantante llevó a la banda a soltarse sin frenos, culminando en una outro instrumental en la que todo el cuarteto brilló de manera colectiva. Los Vampiros saben dejarlo todo en el escenario, y el público lo apreció.
La presentación de Riel, a su turno, fue una celebración por partida doble. El dúo de rock alternativo y ruidoso no solo festejó el cumpleaños de Casa del Puente sino también el de su propia vocalista y guitarrista, Mora Riel, quien junto a Germán Loretti (batería) dieron la última dosis de música a la velada. Del indie surf de “Más allá del mar” a cortes más crudos a la Sonic Youth como “Vertiginosamente” o “Paseo psicodélico”, la banda brindó un energético show que supo apelar a los puntos fuertes de su propuesta, como su sentido de la intensidad y la capacidad de pasar de la calma al huracán en cuestión de segundos.
Aunque, claro, no siempre se trata de romper todo: “Todas la canciones me hablan de vos”, cantaba Mora en “Bb”, uno de los temas más confesionales del grupo y uno de los últimos antes del cierre de la noche. Mientras tanto, como carta final antes de que se apagaran las luces, los Riel optaron por despedirse con un truco que suelen emplear en sus presentaciones en vivo: una improvisación instrumental extendida, a puro caos y distorsión. La postal que más de uno se llevará de la noche es la de Mora levantando su guitarra, triunfal, mientras los parlantes expulsan una gloriosa y violenta pared de ruido sobre la audiencia.
Tras una noche redonda, que contó también con el show de Sol Stietz -alternando tracks de Diente de león y otros inéditos-, la sensación imperante es la de que el futuro de Casa del Puente es tan brillante como el repaso de su historia hasta este punto. Nuevos álbumes como el recién estrenado Madrugada de El Club Audiovisual o el próximo a salir Destruya! de Buenos Vampiros, sumado a las memorables fechas en vivo -propias o las crecientes intervenciones de los artistas del sello en festivales cada vez más grandes- son prueba de ello. Larga vida a Casa del Puente.