De la misma manera que el icónico libro de Horacio Quiroga, Cardo o ceniza de Agua Florida llega para contarnos historias selváticas de amor, de locura y de muerte, mezclando sonidos propios del folklore latinoamericano con la oscuridad del pop eléctrico.
Cardo o ceniza es el primer álbum de la joven banda de pop electrónico de Buenos Aires, Agua Florida. Para grabarlo, los tres integrantes: Vera Frod, Baltazar Oliver y Nicolas Bolo emprendieron un viaje a las yungas salteñas y el disco así, rebalsa de sonidos autóctonos y de historias que parecen casi leyendas.
La primera canción es la que otorga el nombre al álbum y sus sonidos sientan un precedente para lo que vamos a escuchar a lo largo de los seis tracks que completan el material. “Tanto amor / y avergonzada”, canta Vera Frod en este cover de la reconocida artista peruana Chabuca Granda, que narra la historia de amor y de muerte de Violeta Parra, la gran cantautora y artista chilena. Ella se había enamorado de Gilbert Favre, un antropólogo y músico suizo. Cuando la relación acabó, Favre se marchó a Bolivia, donde alcanzó la fama, conoció a otra mujer y se casó. Violeta, sin saberlo, viajó a reconquistarlo pero al llegar, se le rompió el corazón y pocos meses después, se suicidó.
Agua Florida se pone a la altura de las circunstancias para contar esta trágica historia. La dulce voz de Vera Frod acompaña perfectamente la percusión de Mariana Baraj (Ganadora del premio Gardel por Mejor Álbum de Folklore en 2011), invitada especial para crear los sonidos folklóricos de esta canción, que se funden con las bases eléctricas estilo Radiohead de Nicolás Bolo y la dulzura en el teclado de Baltazar Oliver.
El LP continúa con “Ella sabe”, que trata sobre extrañar en soledad. La artista adelantó una versión acústica en un vivo para Camping junto a su actual pareja, Marilina Bertoldi, donde contó que “justo Maru estaba de gira y compuse esta canción porque la extrañaba mucho”. Sin embargo, la versión de estudio presenta una faceta más popera, con cambios de ritmos que coquetean con el folklore y hasta el tango en algunos momentos.
“Eco” es el tercer tema y es, tal vez, la más triste y nostálgica del disco. “En los rincones, las calles / el eco de todo lo que antes me hablaba de vos” es uno de los versos que cuenta sobre cómo esta relación se desmorona y llega a su fin. A su vez, desde el inicio, la base construye un clima tenso que llega a su clímax en el estribillo para después descontracturarse con un piano, que si bien relaja el ambiente, sigue con ese tono abatido.
La siguiente canción es “Reina” y es la historia que nos faltaba de locura. Esta se estrenó junto con un video de Vicky Monté que muestra la faceta drag y queer de la vocalista de la banda. Frod es una artista que no sólo disfruta de hacer música sino también de bailarla y por eso participa activamente en espacios como la fiesta Plop, que busca celebrar la diversidad sexual y el ser uno mismo. Tanto el video como el track nos muestran un costado más divertido de la banda y su capacidad de jugar con toda clase de sonidos latinos, en este caso con un estilo más cumbiero y bailable. “Lo que no se puede hablar / dejalo que vibre en otra parte”, dice el estribillo en esta canción de conquista, hecha para bailar y olvidar las preocupaciones.
En la misma línea, llega “Luz da Lua” que mezcla el bossa con sonidos más reggaetoneros e introduce al segundo feature de este álbum: Ilunga Malanda, una artista brasileña que entra en la canción para rapear una estrofa entera y agregarle aún más colores y géneros a la obra.
La anteúltima canción devuelve un tono más relajado, más indie. “Quisiera” es una canción de amor que narra el mundo que se crea cuando dos personas están enamoradas. “Busco en vos / los motivos para salir de casa” es uno de los versos que ilustra esta constante necesidad y deseo de estar con esa persona cuando se está enamorado. Este universo es acogido por un piano, una base simple en loop y unos carillones que despiertan ese sentimiento de estar en un sueño y eventualmente también se incorpora una trompeta, que suena como las de las escenas de películas románticas.
Por último, para cerrar el álbum, Agua Florida vuelve a elegir una canción típica latina: “Tonada de luna llena”, de Simón Díaz, el músico histórico venezolano. Durante los años cincuenta, el género musical de las tonadas estaba en riesgo de desaparecer y fue este músico quien empezó a componer canciones del género para mantenerlo vivo en la cultura hispanoamericana.
Así, esta banda, que nace en el under argentino en 2017, no hace más que continuar la misión que se proponía el propio Díaz media secada atrás. La toman y la adaptan con sus influencias pop pero sin dejar de lado el folklore y la tradición de la tonada.
Agua Florida es eso, adaptar la música de sus raíces latinoamericanas para llevarlas a un público más joven que, al igual que ellos, crecieron con influencias pop y electrónicas, porque si hay algo que nos demuestra Cardo o Ceniza es que indagar en la historia de América del Sur nos puede llevar a descubrir universos, narrativas, sonidos y texturas que no vamos a encontrar en otros lugares.
Hola!
Mariana Baraj ganó 3 premios Gardel. También un premio Clarín y estuvo nominada a los Grammys.
Un abrazo!