Con una necesidad imperiosa de encontrar un sonido propio, Los Espacios enseñan los resultados de su búsqueda con Ahora que estamos solos.
El grupo porteño que inició en el 2017 con su primer disco, Eso que no dijiste, comenzó a allanar el terreno para su segundo disco con una serie de lanzamientos a lo largo del año. Luego de “Loop”, un caso aislado, Los Espacios adelantó “Todo signo de placer” y la potente “Venenosa”, dos singles que supieron augurar lo que se avecinaba con Ahora que estamos solos.
Tomando distancia de su predecesor, Ahora que estamos solos supone un avance para la identidad del grupo. En un estado de permanente búsqueda, los esfuerzos por fusionar estilos saltan a la vista con el resultado obtenido. Este nuevo lanzamiento demuestra que la veleta que zarpó con “Loop” en búsqueda de algo nuevo arribó a buen destino. Una mezcla entre el sentido contemporáneo que el indie dio al pop y la fuerza del rock. Una presencia anfibia entre la oscuridad su música y la necesidad de dar espacio al baile y las expresiones íntimas.
Dos caras de una misma búsqueda
Las nuevas letras de Los Espacios se ven del mismo modo presas de esta bivalencia y acompañan a la variedad de sonidos que pueden encontrarse a lo largo de sus tracks. Dignos hijos de la ciudad, reflejan el frenesí del eterno ahora junto con reminiscencias nostálgicas. Una dualidad que, como en la vida misma, se halla en constante pugna dentro de uno. Esta añoranza vintage se encuentra particularmente presente en el videoclip de “Tu velocidad”, donde instantáneas de la vida cotidiana hilvanan una historia teñida de recuerdo.
De esta manera Ahora que estamos solos levanta vuelo por sobre lo que supo ser Los Espacios hace algunos años atrás. Con una presencia e identidad sólidamente formada a través del tiempo, este nuevo disco supone un nuevo comienzo. Un punto de partida desde donde explotar las experiencias que permitieron al grupo llegar a estas nuevas sonoridades.
La fusión como método de descubrimiento
Quizás el camino recorrido para llegar a este punto fue natural. Alguna química supo mezclar los componentes que, en su difusión a través del ambiente, compusieron el paisaje de una música sin miedo. Ahora que estamos solos es un conjunto de manchas cargadas de impresiones poderosas y que, en un todo, forman un cuadro complejo e interesante. Una propuesta que se refuerza en su estética, con arte de portada que refleja la búsqueda del grupo y audiovisuales que acompañan.
Podés escuchar Ahora que estamos solos a continuación o en Spotify.