Con una profundización del eclecticismo que destacó a Clandestino, y nuevas búsquedas que consolidan un estilo distintivo, el artista tandilense nos comparte su segundo trabajo para volver a disfrutar de su carisma y romanticismo.
No es fácil contar historias con las que podemos conectar. Transmitir el “feeling” de situaciones que, sin tiempo ni momento, representan encuentros que tuvimos, podríamos o desearíamos tener. Mucho menos fácil es transformar eso propio en canción. A esa impronta, sumemos una propuesta que pone al baile como protagonista y que refleja un repertorio de influencias variadas desde el rock, pop y electrónica hasta giros que incluyen al folk acústico. Una variedad de elementos que La cura de Zenón Pereyra nos sintetiza y propone en una aventura de ocho canciones para bailar, cantar, emocionarnos y divertirnos.
Empezamos con “Entre la gente”, canción que nos introduce a una linda melodía y a un estribillo que ya nos predispone a cantar “Somos lo que queda / de lo que fuimos”. Esa combinación de despedidas y alegrías fugaces pasa rápidamente a un clímax más desgarrador con “Extrañándote”, en la que podemos escuchar un sonido novedoso en el estilo de Zenón, con un groove marcado y bajo, elementos de electrónica y un canto que tiende al soul para reflejarnos esos momentos de ausencias y lamentos cuando no estamos acompañados, como también las complejidades que a veces abordan las relaciones.
Escuchamos un primer giro con “Donde vas”. Momento para detenernos unos segundos con más tranquilidad. La canción cuenta con la única colaboración del álbum, que incluyó a la artista cordobesa Paz Carrara, y nos comparte un estribillo con el que, probablemente, sea difícil contener alguna lágrima después de escucharlo. Ambas voces se combinan con mucha dulzura para invitarnos a recordar. Pero ese clímax íntimo se quiebra rápidamente con las primeras notas de “No me quiero ir lejos” y “Quereme siempre”, dos canciones con mucha fuerza, rock y arreglos con sintetizadores pop, que convierten el sentimiento en baile y nos trasmiten una intensidad diferente.
El final de La cura comienza a acercarse con “Gritaste te odio”, que también nos muestra un sonido fuerte y movedizo para seguir relatando está historia de encuentros y desencuentros a la que todavía no podemos anticiparle una conclusión, pero probablemente nos deje una sonrisa. Siguiendo con “Tu luz”, escuchamos una canción que nuevamente logra transmitir mucho y que nos invita a disfrutar su estribillo en una gran combinación y elevación de voces, instrumentación y letra. La aventura finaliza con “Luna intermitente”, una canción tranquila, sentida y sincera que muestra al artista con su guitarra, y refleja parte del estilo de canción que ha compartido durante estos años.
Mención aparte para la propuesta temática audiovisual que acompaña al álbum, que nos invita a reunirnos alrededor de la peluca roja, el símbolo, en un encuentro único para que cada persona se divierta, baile, recuerde, o todo junto, mientras esa loca presencia roja lo cura. Esa es su misión. Por otro lado, el trabajo de producción encuentra nuevamente a Pablo Giménez, integrante del Zar, en la conducción de un proyecto que logró reflejar una muy interesante evolución del estilo variado que escuchamos en Clandestino, y también nos muestra las nuevas búsquedas, sonidos, arreglos que exploraron para esta ocasión.
Del garaje a los grandes escenarios, sin barreras para perseguir los sueños. Aunque todavía hay mucho por contar, y nuevas canciones por escribir, La cura nos muestra una consolidación de la propuesta artística que Zenón Pereyra comenzó a construir y en esté último tiempo fue reconocida en sus participaciones en el Lollapalooza, Cosquín Rock, el Festival Satélite, hasta la apertura del Gran Rex de Jorge Drexler en 2023. Una esencia que sigue eligiendo a la canción para transmitir lo que nos pasa, a veces con alegrías y otras con dolores, pero siempre con sinceridad; y que nunca resigna al baile como compañero. En algunas semanas, quizás, podamos disfrutar esas canciones arriba del escenario una vez más.
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