La cantautora cordobesa conversó con el equipo de Indie Club sobre su nueva búsqueda musical, las influencias que la motivaron, sus historias transformadas en canción y la expectativa ante su próximo Niceto.
Cuando escuchamos Todo vuelve al punto de partida tenemos la posibilidad de apreciar la intimidad de una artista que tiene mucho para expresar. Una historia (o muchas), sin nombres ni rostros, que fácilmente se conectan sin prejuicios con nuestras propias vivencias. No hay barreras para el sentimiento, y por eso las canciones de Paz Carrara siguen conmoviendo a partir de la identidad y esencia que reflejan.
Con un giro musical más orientado al sonido pop, su reciente trabajo en conjunto con Bambi Moreno Charpentier y la emoción por su próxima presentación oficial, desde Indie Club pudimos conversar con ella acerca del proceso personal que implicó su último álbum.
– En Todo vuelve al punto de partida escuchamos un sonido distinto, con un giro hacia el pop, pero que mantiene mucho de tu esencia de cantautora. ¿Cómo sentiste esa evolución y qué te motivó para dar ese cambio? ¿Cuáles fueron tus referencias para ir orientando esa nueva búsqueda?
Yo estoy muy feliz, realmente es un disco que escucho sola en mi casa y me genera algo muy lindo. Más allá de lo raro que a veces es autoescucharse, estoy muy contenta con lo que logramos con esta música porque nada fue dejado al azar. Fue una verdadera búsqueda. Creo que lo que más me motivó fueron las ganas de hacer algo más propio, que se escuche una identidad. Dejar de mirar qué estaba sucediendo a mi alrededor y mirar un poco para adentro y escuchar lo que yo realmente quería hacer. En cuanto a las referencias hubo de todo: Taylor Swift, Keane, Regina Spector, Vampire Weekend, Bleachers… Realmente encontrábamos detalles en música muy variada, ¡hasta Joni Mitchel, que de pop no tiene nada! Pero también es un disco que más allá del estilo está muy lleno de sentimiento.
– ¿Por qué consideras que esté álbum refleja volver a tu “punto de partida”? ¿En qué momento de tu vida estabas cuando lo hacías?
Creo que viene a recordarme por qué elijo dedicarme a esto. Viene a recordarme lo importante que es escucharse a sí mismo en un proceso artístico, que para mí esto tiene un peso infinito en mi vida y que no hago canciones por hacerlas, lo hago porque lo necesito y porque me apasiona. Creo que fue una alarma de “Che, esto es a fondo o nada. Para hacerlo a medias y sólo para que funcione no corrompas lo más sagrado que tenés”. Y puede sonar un tanto exagerado, pero de verdad lo siento así. Si hago esto, lo hago porque me hace feliz, y porque siento que tengo algo diferente para aportar. Sino, quizás preferiría dedicarme a otra cosa, a algo en lo que no esté tan personalmente implicada.
– ¿Qué aprendizajes y experiencias te deja el trabajo con Bambi Charpentier en la producción?
Bambi es de las personas más talentosas y especiales que conocí en la vida. Realmente haberlo hecho con él fue increíble, y además nos entendimos y complementamos muy bien. Él definitivamente tiene un poder de la escucha que el resto de los mortales no tenemos, es muy musical, extremadamente detallista y súper sensible, lo cual es crucial porque estas canciones son las más personales que he compartido hasta el momento.
– El álbum nos cuenta una historia, en distintas partes, que quizás a mucha gente la conecta con sus propias anécdotas. ¿Pensás en eso cuando estás escribiendo o primero reflejas lo tuyo?
Es un sueño pensar que eso suceda, es como el cierre del ciclo que alguien empatice y pueda vivir sus historias a través de mis canciones. No lo pienso mientras compongo, en verdad, no pienso mucho en nada mientras escribo, e intento dejar que pase lo que tenga que pasar, que sea lo más fresco y sin filtro posible. No me sale mucho eso de escribir una canción esperando algún tipo de resultado…
– ¿Cómo empezás el proceso de la canción? ¿Sos más metódica para escribir o lo hacés más improvisado?
La espontaneidad es clave para mí y la composición. El momento puede ser cualquiera y puedo empezar desde la melodía, o desde la guitarra o quizás el disparador es una frase. Soy un desorden en casi todo pero cuando escribo me gusta estructurar. Me gusta pensar en cada parte e ir encontrando las piezas de un rompecabezas que siempre están por algún lado del inconsciente. Es muy divertido ver qué se encuentra cuando uno deja de filtrar.
– Además de tus historias personales, ¿cuáles otras fuentes de inspiración te ayudan?
El arte de los demás siempre es una inspiración hermosa. También la música, un libro, una película o hasta una foto.
– Sos parte de una generación más desprejuiciada para contar lo que le pasa y siente, que no esconde su sensibilidad. ¿Te resulta difícil esa exposición? ¿Tuviste momentos de mayor inseguridad para expresarte?
Creo que escribir honestamente es la única manera de hacerlo, pero, definitivamente, con este disco sí me dio vértigo. Y a pesar de que siento que siempre lo hice de esa manera, creo que me sentí expuesta por primera vez. Es cierto que a medida que uno va teniendo más exposición también se vuelve más consciente de quiénes están escuchando. Siento que con este disco intenté hacer un poco de oídos sordos a los miedos, pero ahora que salió tuve una semana de sentirme minúscula y llena de todos los miedos que no tuve mientras lo hacía. Siendo un poco dramática, se siente un poco como tirarse al vacío y ver si tienes paracaídas cuando ya estás cayendo.
– Vas a presentar oficialmente el álbum el 13 de septiembre en Niceto, lugar en el que ya tocaste. ¿Estás ansiosa por ese reencuentro con el público?
El vivo es mi parte favorita de dedicarme a la música, así que sí. Pensamos mucho también en cómo sonaría en los conciertos mientras lo producíamos, así que me genera mucha ansiedad ver y escuchar como lo llevamos a ese lugar con toda la banda. Por ahora es la única fecha en Buenos Aires del año, así que sin dudas va a ser muy especial. Volver a Niceto para mí es increíble.