Directo desde la ciudad de Rosario, Amelia presenta Onírika, su primer disco en castellano.
Bajo el interrogante de “¿Cuánto cotizará mi alma?”, Amelia trae su último álbum, Onírika. La pregunta es tanto un disparador como una apuesta conceptual de lo que viene a ser su primer disco en castellano. Con un estilo surreal y onírico que hace ecos de Björk y Aurora, apela a un synth-pop como género fundante de una poética introspectiva y lúcida.
Desde la ciudad de Rosario, Amelia cuenta con un repertorio que se remonta al 2018 con el lanzamiento de su primer EP homónimo. Si bien Amelia (2018) tiene poco que ver con sus siguientes trabajos (fundamentalmente acústico y con un estilo más amateur), deja sentadas las bases para lo que será el universo fantástico de Onírika con canciones como “Taste the flowers” o “The mermaid”.
Sus siguientes discos, Shades of purple (2020) y Heavenly (2022), ya comienzan a apelar a los sintetizadores para gestar esa atmósfera de extrañeza y revela su voz como personaje principal. Cargada de gravedad y ocupando un rol protagónico, toma las riendas de unas bases que hacen las veces de paisajes para trasportar con sus letras a un espacio ajeno, espacio de transe donde las reglas son otras.
¿Cuánto cotizará mi alma?
Onírika es el resultado de un trabajo colectivo entre distintos artistas y amigos de Amelia. Así, aportan su esencia figuras como Gladyson Panther, Lusio o Fermín Sagarduy. Esta multiplicidad de voces involucradas explica la sensación de desdoblamiento que se sienta al escuchar el álbum. Amelia se apropia del universo mágico y surreal de Aurora y Björk pero le introduce variantes más groseras de la música urbana. De esta manera se llega a sentir como un clima incómodo e incierto, uno no saber qué esperar o no entender dónde se está parado.
“¿Cuánto cotizará mi alma?” es la premisa fundante del álbum y el track que lo parte a la mitad. Lejos de ser un slogan o una frase emotiva, es un concepto complejo que la cantante glosa canción a canción. Es, del mismo modo, una apuesta, una forma de pensar la música. El uso del verbo “cotizar” no es azaroso e introduce en su poética la variante más inhumana de un mercado donde el artista (el individuo) se ve reducido a un número, potencial de especulaciones.
Sumando todos los elementos, Onírika compone una dimensión por demás siniestra en tanto la magia superficial del synth-pop se revela campo minado por sonidos mainstream y las vicisitudes de la industria. Ambas caras, lo maravilloso y lo sórdido, componen un espacio complejo donde la poética de Amelia va y viene, conflictuada y dubitativa.
Fantasmas y sueños
Así y todo, aun con la amenaza latente del mundo real, cruel y hambriento, Amelia no niega la existencia de un otro lado donde la ternura y la vulnerabilidad todavía son posibles. Continuando el universo propuesto en sus discos anteriores, pinta un universo plagado de escenas fantásticas y surreales. Probablemente la figura que mejor sintetiza esta esencia es la del fantasma. Ya desde la apuesta audiovisual se puede ver una predominancia de figuras etéreas pintadas de blanco. Ella misma se presenta bajo un halo que distancia y enrarece a la vez que mistifica.
El fantasma como síntesis de su propuesta estética concentra en sí la tragedia de la muerte y la inasible del amor. Fantasma (¿alma?) como otro-ser donde el individuo se entrega a la esencia más pura de la vida y puede acceder a estos universos oníricos (aunque sintéticos) de fantasía.
Onírika es decididamente una fantasía pero, lejos de ser una vía de escape, hace frente a la realidad desde una poética introspectiva y áspera. “Todos nos sentimos solos cuando llega el domingo”, canta en “¿De qué sirve?” (probablemente el track más urbano y, a la vez, más íntimo del disco). Onírika es la manera en que Amelia hace una síntesis necesariamente imperfecta entre dos polos irremediables. Vida y muerte; carne y espíritu; deseo y realidad. Es un sueño lúcido en tanto se permite la fantasía pero sin permitirse ignorar que ahí fuera hay un cuerpo tumbado que, horas más horas menos, va a despertar y volver a la vida.
Escuchá Onírika y más de Amelia en Spotify o a continuación.