
Miedo Puro, art punk de película y descontrol en su disco homónimo
La banda de La Plata lanzó su esperado disco debut donde combinan diferentes géneros con historias llenas de códigos de terror.
Miedo Puro sacó su primer disco al cual llamaron como la banda. Abrazando ese costado del terror como impulsor general de la obra, como también esa combinación del art punk, post punk y la psicodelia.
El anterior EP, Cuarto del ruido, parecía más bedroom postpunk. Algo raro, porque uno los ve en vivo a la banda y son apabullantes, suenan fuerte. Hoy se ve una versión donde convive lo ecléctico, lo voraz, el desenfreno con la generación de ambientes y la delicadeza electrónica. La banda hoy está integrada por Sofia Ribotti en voz y sintetizador, Mauro Góngora en batería, Tomás Zapata en guitarra y voz y Franco Olguín en bajo.
Vamos hacia el descontrol como sociedad, qué mejor manera de hacerlo con esta música, con este disco, donde toman cultura pop, se sumergen en el terror y nos ponemos frente a frente sobre lo escalofriante del ser humano.
“Vine al cine a ver una de terror”
El disco arranca con una clara referencia a David Cronenberg. “Videodromo” comienza con algo que tiene mucho el disco, esa creación de atmósferas, es esa tensión y presión constante, eso de generar terror y miedo. “Hace tiempo que no soy yo / hace tiempo que estoy perdido en él”, y sumergirse en un mar de ruido a quemarropa y solos de guitarra
Sin poder tomar un poco de aire y silencio comienza “DTA”. Tema con mucho más ritmo y movimiento que permiten lucir la base rítmica de la batería con el bajo podrido. También se aprecia como en otros temas esas pulidez que tienen para crear a través de sintetizadores a lo New Order: “Usaste el tiempo para caer desde tan alto”.
“Overdrive” es uno de los temas que te hacen pensar que hay algo no solo en lo humano, sino también en lo tecnológico que nos rodea. Bajan el ritmo, sapiencia, saben cuando parar para volver con mucha crudeza y distorsión. Para después dar la interpretación de voz más sangrienta y furiosa del disco: “Mi distorsión / ya me mató / ya me quebró”.
Además de esa forma más visceral que tienen, hay temas como “Sin aire” o “Trópico” o “Visiones” que parecen ser un hijo maligno de Peces Raros. Conectan esa parte más de laboratorio de la banda a puro ritmo y nerviosismo. Sintetizadores de un futuro cercano engendran este texturas neuróticas que mezclan con letras envolventes pero a la vez que son encriptadas, las cuales muchas van a quedar a interpretacion del oyente: “Me tiraste las cartas / me salió la tristeza / me pediste la hora / no te di la respuesta”.
“Río Fuego” logra volver a esa cachetada de efusividad donde demasiadas cosas pasan al mismo tiempo. Un descontrol ordenado por las diferentes capas de lo que está sucediendo, siendo todo un acumulación para el clímax: “Esconde el error, que busca amor / ¿a dónde están / los ríos de fuego que me prometiste? / ¿A dónde llevaste / mis ojos para ver la noche?” .
El disco cierra con “Pasante”. Imágenes de terror urbano, una de las claves del disco de la banda platense. Retratar el terror más cercano que tenemos a mano y que te envuelve por completo. Cerrando esto con un: “Me quedé solo” .
Un abrazo al miedo puro, capturar esa sensación como una película por 28 minutos. Donde pasas por trances, locura, momentos incandescentes sin control, vértigo, sin tiempo para respirar y parar. Son pocos los momentos donde uno puede parar y seguir el ritmo. El terror se apodera de vos por momentos, mientras en tus oídas se cruzan las ideas del post punk y el art punk.
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