La artista lanzó su primer álbum, con un ambiente profundo, con ocho tracks entre el folk y el indie y toques de electrónica.
Carolina Donati venía avisando que pisaba fuerte en el indie. Tras el lanzamiento de su EP Mes (2017), y sus dos singles “Quererlo todo” (2018) y “La duda” (2019), dio muestras de ello con el lanzamiento de su nuevo disco, Lo que quedó.
“La duda” abre el disco, con un sonido marcado un muro de sonido de sintetizador, guitarra y bajo. Se nota la presencia de influencias como Mi Amigo Invencible y El Mató a un Policía Motorizado entre los versos de la canción. Sin embargo, se trata de una anomalía en un disco que nos irá introduciendo a guitarras acústicas y ambientes etéreos.
El LP continúa con “Premonición”, un tema que apunta más al pop, con un ritmo más elevado y un distinguible riff de guitarra eléctrica tocado con slide.
En su tercera canción, “Mundo acuático”, Carolina nos introduce a un folk con más vuelo, que nos acompañará en el resto del disco. Entre guitarras acústicas que se funden con sintetizadores y lejanas guitarras eléctricas, la artista despliega melodías que tienen un aire ceratiezgo entre ellas.
La producción musical es muy cuidada. Mientras en la mayoría de las canciones dominan las guitarras acústicas, se va generando un ambiente profundo, grande, generado por guitarras distorsionadas cavernosas, loops electrónicos y hasta instrumentos de cuerda.
El disco está producido por Pablo Giménez (El Zar), y cuenta con la participación de Matías Verduga (Bándalos Chinos) y Esmeralda y Yago Escalante (Ainda dúo). Fue mezclado por Matías Cella y masterizado por Eduardo Bergallo.
Lo que quedó no tiene aún fecha de presentación en vivo, y está disponible ya en Spotify.