En el marco de su gira sudamericana tras el lanzamiento de su último álbum, un trabajo que vuelve a expresar la calidad del proyecto musical, el dúo mexicano regresó por cuarta vez a la Argentina para su presentación más ambiciosa en Niceto Club.
La radio se ha encendido. Por algunos minutos, quizás varios, la gente podría simular a partir de su imaginación que los años habían regresado, y que el feeling retro, el baile pop y las canciones de Clubz se presentarían nuevamente como un sueño en aquella noche de Niceto. Desde hacía algunos meses, algunos ya se preguntaban ¿Qué pasara en la siesta americana? Cada uno tendría su respuesta, que seguramente no olvidaría. Así, mientras la espera se desarrollaba entre recuerdos de la última presentación del dúo mexicano en Camping, y anécdotas de la escucha de su última pieza de estudio, en el escenario Theo y Simón se encargaban de empezar la sintonía; una que, tras finalizar, se permitiría un setlist de transición que incluiría referencias consagradas como “Sheep” (del álbum Animals de Pink Floyd) para que luego el telón se corra para Orlando y Coco.
Con su característico set minimalista, los contrastes lumínicos, la versatilidad y melódica presencia del saxo y las infalibles líneas de bajo, el repertorio comenzó presentando las canciones de Radio Kono. Siguiendo solo en algunos momentos el orden preestablecido, “Número uno” y “Splendido” introdujeron el climax, los primeros destellos nocturnos de ese sentimiento, para que “Siesta americana”, destacada canción del álbum, tomará protagonismo; y con ella, los pasajes instrumentales y muchas memorias. Dado que la instrumentación fue, sin duda, un elemento muy desarrollado en el estudio, la versión continuada de “Cinema terror” y “Radio kono” mantuvo una impecable performance. Con pasajes que evocaban al mítico álbum de Pink Floyd, The Dark Side of the Moon, la radio propuso un trance de cinco minutos en la que cada persona, cada mente, tuvo una experimentación alucinante.

A continuación, “Cortes modernos” motivó lo que siempre ha motivado: recuerdos de algún romance pasado. Una canción que siempre volvemos, y volveremos, a escuchar. En esa línea, “Discomanía” también reprodujo esa ambientación agitada, fugaz y sentimental. Un pequeño giro tuvo “Futbol rock”, que tenía sus propios fanáticos debajo del escenario, para que el público se divirtiera con la complicidad de Orlando y Coco. Así, los primeros invitados de la noche serían los integrantes de Isla de Caras, Lautaro Cura y Nicolas Fernández de la Puente, para interpretar una amistosa versión de “Fugazi”.
Con algunas canciones del último álbum, la radio pasaría por etapas previas del proyecto, igual de recordadas y queridas por parte del público. Mientras que el escenario proyectaba constantemente dos sombras que centralizaban todas las miradas, las primeras notas de “Épocas” introdujeron la segunda parte del show. Seguidamente, con la participación de Vanessa Zamora desde México, el aura, y el saxo de “Nagano” fueron tan solo increíbles. Solo había que disfrutar al cerrar los ojos. Sin embargo, la próxima canción aguardaba una sorpresa. Como había sucedido meses atrás en su visita de Camping, la versión de “África” implicaba solo lo siguiente: que Orlando baje a cantar y celebrar. Para que el beat quede resguardado, la última invitación de la noche fue para Lucca Beguerie Petrich, baterista de Usted Señálemelo. Por algunos minutos, todo fue la Fiesta Clubz.

Tras la complicidad que ese momento generó entre los presentes, el repertorio continuó repasando algunos de sus singles y otras canciones de su reconocido álbum Destellos, entre las que estuvieron “Estadio estudio”, “Meteoro” y “Pronto!”. Seguidamente, el público cantó junto a la banda cuando “Palmeras” y “Popscuro” anunciaban que el final estaba próximo; por eso, “Súper visión” tuvo esa emoción que solo los buenos shows, aquellos que transmiten, generan en quienes lo presenciaron. Ahora sí, la radio terminaba su transmisión.
La relación del dúo mexicano con el público argentino puede definirse en una palabra: cariño. Desde su primera aparición en el Lollapalooza Argentina por 2018, el proyecto fue lentamente creciendo en el país como resultado de una sintonía, un feeling, que siempre fue posible recordar a través de sus canciones, de los mensajes a distancia y también desde la expectativa del regreso. Esa conexión entre ambas partes, además del meticuloso trabajo y variadas referencias retro que sus álbumes siempre ofrecen, generan una emoción que su último show en Niceto, el más ambicioso que han tenido hasta la actualidad en el país, permitió volver a sentir. Así, casi sin duda, siempre habrá un deseo de volver a escuchar a Clubz en alguno de sus viajes, para que las impresiones de esa nocturnidad, de esos romances modernos, queden resonando por más y más días.
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