Con un puñado de letras vulnerables y ritmos bluseros, podemos pronosticar uno de los mejores lanzamientos del año próximo.
Rodrigo Tarsitano parece tener la fórmula para hacer hits. Desde el pandémico “Cuarenta veces” hasta su último lanzamiento “Un aplauso”, pasando por “El chiste”, que seguramente hubiera ocupado uno de los puestos entre las 50 canciones del 2020, de haber cerrado la votación unas semanas más tarde.
Estos singles, junto a otros tracks que se estrenarán el año próximo en su disco, sonaron en formato full band en La Tangente, en el marco de un año muy productivo para el músico, quien arrancó el año en el festival Indie Club Verano y luego pasó por Camping.
El vestido no era ni azul con negro ni blanco con amarillo: era negro y dorado, al menos con ese se presentó Tarsitano, quien dio inicio al show con “Todos tienen un amor”, el primero de los inéditos de la noche, seguido de “Cuarenta veces”, que cruza pop y r&b con una letra completamente introspectiva.
Y es que la sensibilidad de Tarsitano atraviesa todas sus canciones, que parecen habitar en una película de neorrealismo italiano. Su yo lírico es un Bojack Horseman que repiensa sus vínculos y todo lo malo que se pudo haber hecho mejor. De hecho, “Vida #1” (otro debut) repasa la historia desde el nacimiento hasta la muerte de un personaje, con todos los eventos afortunados y dolorosos que van ocurriendo mientras crece.
El público de La Tangente sacó sus celulares y soltó sus mejores pasos cuando comenzó “El chiste”, el hit lowtempo con armonía beatlera. En esta oportunidad, la parte de Feli Colina la dividieron entre Lola Cobach y Chechi de Marcos, coristas de la banda. Esta última se quedó en el escenario junto con Tarsi para cantar un set acústico.
El dúo realizó “Si esto que estoy tomando fuera agua”, y luego Chechi dejó solo al cantante para “Trátenme bien” y “María”, compuesta con Facundo Castaño Montoya y Carolina Donati, respectivamente. Este último par de temas en solitario (sumado a una iluminación precisa) mostraron a un Tarsitano más trágico y noir, como si se hubiera desatado una lluvia sólo debajo de él, nuestro antihéroe.
Las grandes dinámicas que aportaba el sexteto que acompañaba al artista demostraban su calidad como instrumentistas, mientras que sus pasajes pianissimo dejaban al descubierto que nadie en el recinto hablaba durante las canciones, como tampoco durante los silencios.
“Germán Navas, mi amigo y abogado, hoy va a tocar la armónica”, comentó Tarsi entre risas, aunque después se encargó de dejar en claro que lo que había dicho era cierto. El -temporal- octeto hizo una versión apegada al original de “Me gustas mucho”, donde los solos blueseros de la Chipi Paula se destacaron sobre el final.
“Un aplauso” cerró por primera vez el telón. Su lírica sigue dando vueltas en la misantropía con ajenos (“Prefiero estar al pedo a ser un infeliz / que no cocina ni sabe dormir solo“) o con conocidos, de forma sarcástica (“Me dijo ‘pedime lo que quieras’ / le pedí que se corriera”).
El bis destapó la esencia punk que Tarsitano trae consigo desde Martín Coronado. Flema, Nirvana y Green Day aparecieron en “Estoy muy flaco”, un rock shuffleado con una fuerte presencia del teclado y una batería ruidosa. Bajándose para hacer pogo con la gente, Tarsi cerró un año espectacular y parece que lo que viene en 2022 va a ser todavía mejor.
