
K4: “La violencia ya no es punk”
En las vísperas de su gira de presentación, el artista habló con Indie Club sobre su nuevo álbum de estudio, Yo también les tengo miedo, la intimidad con que forjó su proyecto y la identidad punk a la que se aferra a contracorriente.
Después de cuatro años de silencio tras la trilogía de EPs K1, K2 y K3 (2021), K4 vuelve con un álbum crudo y minimalista donde deja caer todos disfraces y se muestra tal y como es. En una apuesta por sonidos más melosos y poperos y de la mano de Dillom y La Piba Berreta en producción, el cantante habló sobre el proceso de Yo también les tengo miedo, el desafío de sentirse fiel a si mismo sin perder de vista su horizonte punk y los riesgos de defraudarse.
En una charla con Indie Club, el artista más extravagante de la Ripgang abre las puertas al universo oscuro e incómodamente humano de Yo también les tengo miedo, que será presentado a la brevedad con una gira nacional en conjunto con Blanco Teta, quienes estarán presentando al mismo tiempo su nuevo trabajo: La debacle de las divas.
– Yo también les tengo miedo es un gran cambio a lo que venías haciendo en K4, del punk a lo pop o lo melódico. ¿Qué pasó ahí?
Yo creo que es lo más raro, lo más sacado que podría haber hecho. Hicimos una obra, estas diez canciones, que arman un conjunto y es la primera vez, venía de esos tres EPs tan distintos entre sí, inescuchables algunos como K3 con el alien, puro noise, y creo que la gracia de adelantar “3090” y “Piedra marplatense” fue mostrar las dos caras de lo que es el disco: “3090” mas popero y “Piedra marplatense” soy yo ultra transparente y crudo. Es un poco esto lo que vino a traerme el disco, exponerme a mí mismo.
– Los últimos discos fueron un alter ego tras otro, hay algo transgresor ahora en mostrarte como sos y en esa transgresión también hay algo punk, más en un momento donde la industria musical parece esforzarse por mostrarse transgresora.
Exactamente, parece que ya nada lo es. Hay un poco de sensibilidad, un poco de contenido. Hoy en día todo es tan plástico, tan efímero, como queriendo llamar la atención. También hay algo de punk en el proceso: hoy en día estamos re acostumbrados a lo digital pero acá estuvimos más de dos años en un proceso super orgánico con la banda. Todo empezó con la selección de canciones, tenía varias más hechas, y estaba cansado de usar la computadora, estaba podrido. Necesitaba encontrar una forma de potenciar estas canciones sin ponerme con la compu, entonces con la banda (Pablo Potenzoni, Fraxu, Alfonsina, La Piba Berreta y yo) nos empezamos a juntar a pasar y pasar los temas, ver qué pasaba, cómo lo vivíamos, y grabar las mejores versiones. Recién entonces nos volvimos a sentar en la compu a ver qué más podíamos hacerles.
– Con respecto al título: ¿A qué le tenés miedo?
A la gente. Yo creo que va a ir mutando muchisimo pero yo creo que es eso. Siento que hay un poco esa idea de “el loco de K4” con toda la performance que armamos en los lanzamientos anteriores, asi que bueno, yo también le tengo miedo a la gente, a mis amigos, a mi familia… Un miedo muy profundo a relacionarme, a hablar de lo que siento. Fue un proceso muy profundo el del disco y siento que esa frase lo resume bastante bien.
– Hay en todo lo nuevo del disco también algo que resiste, el disco un poco te engaña que va a ser de amor y por la mitad te sorprende con la vuelta de los sonidos anteriores.
Recontra. “Seguí no pares”, por ejemplo, lo pusimos al final porque sino quedaba todo con una sensación que te daba ganas de pegarte un tiro y fue un poco bueno, pongamos algo que la suba y, literalmente, es como “dale, seguí, no pares”.
– ¿Cómo te sentís con la categoría de “punk”? ¿Sentís que se puede seguir siendo punk hablando de amor?
Absolutamente. Hoy en día donde están todos “eh, yo soy el más pistola”, la violencia ya no es punk. Siempre fue un movimiento rebelde de alguna forma y para mi está en todos lados, no es solo esta idea de “los chicos descontrolados” y las guitarras eléctricas en la que se encasilla, pero se puede representar de un montón de maneras. Justo en una preescucha me dijeron: “Qué loco que estás trabajando con Pablo Potenzoni (baterista de Todos Tus Muertos) y que no haya ninguna bata de punk”. Y yo me quedé pensando: ¿qué es una bata de punk?
– ¿Qué influencias hay en el disco?
Influencias directas no mucho. “3090” tiene algo de Virus, por ejemplo. En algunos casos fuimos buscando cositas particulares. Ahí entraron mucho Dillom y La Piba Berreta como productores que manejan mucho mejor las influencias. Obviamente en el proceso van surgiendo cosas y después lo escucho y encuentro similitudes, pero en principio no soy tanto de trabajar a partir de influencias directas. Tengo una playlist que me gustaría compartir en algún momento que no son influencias en si pero es todo lo que estaba escuchando y son cosas que rozan el universo del disco.
– Sobre la idea de “universo”, todas tus presentaciones ponen en juego una performace que expande el disco fuera de lo que solo se puede escuchar, ¿qué podés adelantar para la presentación?
Sé que va a ser muy importante la noción de transparencia. Hoy en día siento que hay mucho de narrativas o videoclips que disfrazan los proyectos musicales, lo que yo hacía antes de algún modo, y ahora quiero retomar el valor de la música, poder mostrarme y tocar de la manera más transparente que pueda y me gustaría que la gente lo pueda ver de esa forma.
– Ahora dentro de poco tenés una gira…
Van a ser tres fechas junto con Blanco Teta, en Buenos Aires, Córdoba y Rosario, que también están presentando su nuevo disco. Tenía muchas ganas de hacer algo juntos y la doble presentación va a estar buenísima. Yo creo que se puede armar un lindo caminito entre los dos shows, los dos discos. Una experiencia en conjunto, no ir a escuchar dos bandas separadas.
Escuchá Yo también les tengo miedo en Spotify o a continuación.