Conocé a Guacho Bleu, un artista bonaerense que hace de la tragedia de crecer su materia prima.
Pepsi fría y antiácidos es el fruto de años de trabajo en distintos géneros. Guacho Bleu se autodenomina “antimúsico” y ha atravesado una enorme variedad de estilos para acabar conformando este primer disco solista. Desde sus inicios más punk hasta Saudades, el grupo new-wave del que forma parte, su trayectoria se encuentra plagada de influencias y estilos de lo más variados.
El trabajo solista de Guacho Bleu transita alrededor de un concepto clave: la nostalgia. La constante búsqueda de lo que la vida deja atrás con el paso del tiempo: “Estoy perdiendo la capacidad de sorprenderme“, canta en “Odiosamente bien”. De la pesada distorsión del excesivo autotune de “Magma” a las líneas más convencionales de un pop amigable en “Pizza al corte”, la variedad de escenarios que evoca aluden al mismo ideal.
Buscarse a uno mismo
Es en esta búsqueda de lo que se perdió en donde Guacho Bleu da sentido a su ecléctica obra. Sin caer en el cliché de “todo tiempo pasado fue mejor”, lo que parece buscar con Pepsi fría y antiácidos es otra cosa. Bucea en la profundidad emociones olvidadas. Es una búsqueda de las cosas que podían llenarlo a uno de niño. De todas esas cosas insignificantes en apariencia pero que hacen a uno ser quien es. Fallar en esta búsqueda es perderse a uno mismo.
“Guacho Bleu es la búsqueda constante de atrapar los momentos en que la luz de afuera en la tarde noche esta entrando a un cuarto que está a oscuras. Es el aura ese que se siente en los amaneceres y atardeceres. Es como un aire cargado de grumitos o estrellitas del Fizz (caramelo) que si respiras hondo te llenan el pecho y empiezan a explotar como cuando rompiste la coraza y llegas al relleno”.
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Desde la zona oeste del conurbano, Ramos Mejía, Guacho Bleu demuestra toda la fuerza de la escena local. Con su ímpetu experimental, trae un trabajo increíble sobre la búsqueda de uno mismo en un mundo en el que cada día es más fácil perderse.