Rosario no duerme. Dos bandas emergentes y la presencia del proyecto de Capital encendieron la noche a puro grito, goce y distorsión.
El sábado pasado Rosario se tiñó de rojo. De la mano de la productora independiente Electric Monkeys, que organizan ciclo de recitales en la ciudad, junto a Rapto (revista transmedia), dieron a conocer la fecha en Refi: la vuelta de Dum Chica a Rosario, compartiendo escenario con Fresita Veneno y Princesa Tetrabrik. Con la primera tanda de entradas agotadas apenas salió el flyer, la noche prometía ruido, psicodelia y distorsión. Los deseos fueron ordenes.
Fresita Veneno dio inicio a la noche con mucho sintes y elegancia. Una figura poética, tierna y rebelde era lo necesario para comenzar el ritual. Arañando estantes, vuelan escombros. Fue el octavo show de la banda y con la presentación mostraron que tienen muchos más por delante. Mery y Lush de Princesa Tetrabrik fueron invitadas a compartir un tema, repitiéndose en viceversa este crossover en un lindo gesto. Paya (voz) esa noche vistió con zapatos rojos, medias en red y lentes negros y mientras la escuchaba, recordaba la figura de la femme fatale: inteligente y desquiciada, capaz de destruir todo y volverlo a crear.
En todo momento se hizo presente la disociación fundante del grupo: entre la ternura y lo filoso. La fresita y el veneno. A la banda la completa Cata en sintes, Nachu en bajo y Zadu en batería. El grupo se formó en 2024 y su primer sencillo “Siempre está”, está disponible en Spotify y Youtube.
En Fresita, psicodelia contenida. En Princesa Tetrabrik, lisergia desbordada. Fue la segunda banda de la noche con un show delirante donde entra en juego un didyeridú y un saxo. Referencias múltiples: aparecieron Sumo, Los Redondos, Lady Gaga y un reggaeton de Daddy Yankee pero súper punk. Diversión asegurada. El sencillo “Hiperforma” sonó a mitad del show y una de las chicas que trabajó esa noche en la barra salió disparada a cantar y bailar el tema. Además, invitaron a tocar y cantar a Solca, una artista bien rockera y con mucho estilo de la ciudad.
Cada integrante de la banda se hace sentir, aportando a cada momento un tinte particular. Cass (en batería) tuvo una mención especial por Dum Chica. Quedaron fascinadas con la potencia de su intérprete. La banda la completa Clari en Bajo, Nico en sinte y live, Lush en guitarra, voz y diyeridú y Mery en voz y guitarra.
Finalizó la noche Dum Chica. Comenzó con “Desconocido”, e inmediatamente el público comenzó a mover sus cabezas de arriba a bajo. Qué lindo ser parte de lo común, pienso. Bailar como todos, bailar como ninguno, pero bailar, agitar la cabeza. Lucila Storino y Juana Inés Gallardo saben muy bien lo que hacen. “No somos ni del verde, ni del amarillo”, le explicaron a los que manejaban las luces, reafirmando que el rojo es el color que mejor les queda. Y oscuridad. Tal como advirtió Paya de Fresita arriba del escenario. Es que la mística de la noche iba en ese tono. No era necesario otro estímulo. Datito para agregar: presentaron una nueva batera.
“¡Vamos las chicas!”, compartió Juana desde el escenario, remarcando la fecha. Y en otro momento del show aparecieron otras palabras como “resistencia”, “compartir” y una frase que recibió aplausos y sonrisas: “Cuidemos lo nuestro”. Las cabezas asintieron. Además, un dato anecdótico: a mitad del show se perdieron dos celulares y fueron recuperados. Solo en una fecha de chicas. Es que desde el escenario escucharon el pedido, no hicieron oídos sordos, y buscaron solucionar la situación.
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