Este nuevo trabajo discográfico, gestado en plena pandemia, refleja una amalgama de emociones que van desde el amor y la soledad, hasta el hartazgo y el escepticismo, pero también deja espacio para una esperanza sencilla: la de poder seguir adelante.
No morí marca una evolución en el sonido de Mostruo. La banda, que ahora cuenta con una formación ampliada incluyendo dos teclados junto al clásico cuarteto de rock, demuestra que la experimentación continúa es clave para el desarrollo artístico. El disco, editado por el sello Ultrapop, fue grabado en los Estudios Hollywood por Alfredo Calvelo y Gabriel Ricci, y mezclado por Nicolás Carlino. Esta nueva instrumentación y producción reflejan un crecimiento y una adaptabilidad que sólo puede ser resultado de tantos años de carrera.
Este nuevo proyecto cuenta con la participación especial de Richard Coleman y Carmen Sánchez Viamonte, que aportan su talento en varios temas. El arte de tapa, diseñado por Kubilai Medina sobre una pintura de Mauro Valenti, añade un componente visual que complementa la música y la temática del disco. Esta colaboración artística no solo embellece el trabajo musical, sino que también refuerza la conexión entre las diferentes formas de expresión artística.
“La trampa” abre el álbum cargada de emoción y resignación, se sostiene sobre una base de guitarras eléctricas que aportan intensidad y profundidad. La voz principal transmite claramente la lucha entre el deseo y la racionalidad, mientras que la batería y el bajo mantienen un ritmo constante y enérgico. Los teclados enriquecen la textura sonora, haciendo de esta una pieza de rock alternativo con influencias pop que es tan pegadiza como introspectiva, sentando así las bases temáticas de esta nueva entrega.
Continuando con la exploración de emociones profundas en los adelantos, “La mañana” es una balada acústica que explora la desesperanza y la desilusión. La canción cuenta con un solo de guitarra de Richard Coleman, que aporta un toque distintivo. La mezcla equilibrada permite que cada instrumento se escuche claramente, desde la guitarra acústica hasta el bajo y la batería suave. La voz principal, clara y cálida, transmite las emociones de la letra con sinceridad. Este tema de pop acústico con influencias de balada logra crear una atmósfera relajada y acogedora, ideal para expresar esperanza y deseo. La transiciones de una canción a otra logran reflejar una progresión desde la lucha interna hacia una búsqueda de paz y conexión.
El final de No morí se da con “Estudio bar”, donde Mostruo cierra con una sensación de caos y angustia en un mundo que parece estar al borde del colapso. La letra refleja la opresión urbana y una lucha interna por encontrar paz. Con una mezcla de elementos modernos y un toque nostálgico, las guitarras eléctricas dominan con riffs dinámicos, mientras que la batería y el bajo ofrecen una base sólida. Los sintetizadores crean una atmósfera completa y envolvente. La interpretación vocal es tanto vulnerable como fuerte, capturando la esencia melancólica y energética de la canción, la misma que sirve como una conclusión poderosa, encapsulando las tensiones y resoluciones que han sido exploradas a lo largo del disco y en el trabajo del mismo.
Las demás canciones continúan esta exploración, cada una añadiendo su propio matiz a la narrativa general, destacando así su capacidad para resonar con los oyentes en estos tiempos inciertos. Con No morí, Mostruo no solo celebra veinte años de carrera, sino que también reafirma su compromiso con la evolución musical y la capacidad de adaptarse a nuevos tiempos y desafíos. Este álbum es una prueba de que la experimentación, el caos, y la incertidumbre pueden combinarse para crear un proyecto artístico impoluto, lleno de vida y autenticidad.
Mostruo presentará No morí el sábado 24 de agosto en el C. C. Richards (CABA). Las entradas se pueden conseguir en la web de AlPogo.