Entre sus letras profundas y un sonido popular, el artista de Boedo nos comparte su segundo álbum de estudio para expresar cómo es posible y necesario perseguir la identidad para seguir adelante.
Explorar con honestidad los procesos que atravesamos. Nuestro punto de partida, el camino y el posible punto de llegada. Confesar nuestros temores y declarar nuestros principios. De esa búsqueda introspectiva Florián tiene mucho para expresarnos en su segundo álbum De fábrica, un trabajo que muestra su capacidad para narrar historias y, principalmente, para sintetizar lo complejo en simple a través de sus letras con la intención de expresar un proceso individual que muchos quizá enfrentamos para descubrir quienes somos y qué queremos.
Esta historia comienza con la canción que da título al álbum, “De fábrica”. Con un bombo que marca la guía y acompañada de una instrumentación minimalista de arreglos, el primer track explora el significado de lo preconfigurado, aquello que viene dado y de cómo debemos aceptarlo. ¿Qué somos? Quizá “Una suma de cariños imperfectos”. A continuación, “La herencia” profundizará está intención. Con un cliíax musical más psicodélico y oscuro se refleja esa disputa constante con las influencias pasadas, pero también plantea una postura. Una manera de abordarla. Entones, “Ganarle es hacerme inmortal”.
Seguidamente, el “Naufragio” nos invita por un momento a transitar lo errático y tortuoso de está búsqueda. Las dificultades, los recuerdos, los temores. Con deriva tanguera, la canción repetirá con nostalgia aquel célebre párrafo de Carlos Gardel, en “Por una cabeza”. Luego, el “Títere” expresa el aspecto cínico de los simuladores para exponer las apariencias y lo que deciden ocultar. A veces adoptamos la forma del títere, pero no debemos engañarnos. Si la crítica a lo simulado fue impiadosa, “Porcelana” activa el ritmo y reivindica el valor de la susceptibilidad y lo íntimo. Una linda canción que propone reconocer lo vulnerable, hasta el extremo de romperse. Pero siempre cantando.
La historia lentamente acerca sus canciones finales. Si la exposición fue extenuante, la redención también lo será. La soledad será el lugar de partida. Así lo escuchamos en “Curarme”. Apreciamos un giro musical con “Condenada”, que también incluirá la única colaboración del álbum junto a Feli Colina. Los ritmos se apoderan del compas para ambientarnos en la experiencia de un alma desdichada, una despedida y su promesa incumplida. En “El trono” podemos seguir esa difícil relación que bien sintetiza Florián: “Ese trono es de cartón, si bajas hay lugar para vos”. Finalmente, el “Cantor” nos presentará la despedida de una manera peculiar pero que no debería sorprendernos luego de la historia que conocimos. No importa que suceda, el final siempre será cantando. No hay margen para “Entregarse a morir sin pelear”.
Como pudimos escuchar a través de las nueve canciones que integran De fábrica, cabe repetir nuevamente la gran capacidad lírica que Florián tiene. Con alegorías y misterio, pero sin perder la intención del cantor, sus letras tienen la fuerza y claridad para expresar en un dialecto popular aquellos procesos complejos que atravesamos las personas, con la capacidad para expresarlas a través de la canción. El duelo, la relación con el pasado, el coraje de la introspección, la identidad son sólo algunas de las temáticas que sus letras abordan, con una ambientación musical que nos aleja de nosotros, sino que las facilita para poder descubrir esa identidad que esta historia nos compartió. Así, el próximo 7 de noviembre será la oportunidad para escuchar en Niceto la presentación de está búsqueda. Todavía quedan entradas en la web de Passline a un precio de Preventa 1 de $12.000.
Escuchá De fábrica de Florián y más lanzamientos del 2024 en nuestra playlist de Spotify.