
Costas explora nuevos horizontes en “Hola, desierto”
El trío desenfundó todo tu arsenal de sintetizadores, drum beats y reverberaciones en su cuarto disco de estudio.
Costas acaba de lanzar su cuarto disco de estudio, Hola desierto, que había sido adelantado con los sencillos “La luna y los cables” y “Neotropical”. En este nuevo trabajo -sucesor de Bajo la oscuridad púrpura–, el grupo de Juanjo Bordenave convierte el vacío en paisaje emocional.
Desde el comienzo Hola desierto, con “Neotropical” o “Sacarina”, escuchamos una producción con las voces están más al frente, además de conocer una amplia paleta de sintetizadores nuevos: teclados metálicos, oníricos y etéreos que se van tímbricamente, entrando y saliendo para acomodarse a la canción.
Canciones como “Un aguijón particular” o el interludio “Fuego fatuo” le ponen un respiro a las baterías loopeadas, dándole un aire fresco a Hola, desierto, más relajante y reflexivo. Por la mitad del disco llega “El desierto”, canción que de alguna forma le da el nombre al disco: es uno que no es hostil, más bien habitable por los ambientes sintéticos y los orgánicos.
En “Eerie”, un cúmulo de sintetizadores punzantes, casi 8bit algunos, celebran melancólicamente la llegada del final del disco, con una batería que se va filtrando y desapareciendo, entre el juego de paneos de los teclados que dan lugar a “Negacionistas”, en donde Costas deja un mensaje claro: “Gas pimienta, mentalidad / el violento es tu optimismo / veo el centro lleno de negacionistas / sumergidos en su espejo clasista.
Costas cierra Hola, desierto con “Sepultura” en donde vuelven a habitar su mundo mitad ficticio mitad real, pero en un tono más alegre y positivo: “Salvedad es / sepultar / fortaleza / de esperar”.
Escuchá Hola, desierto de Costas y más lanzamientos del 2025 en nuestra playlist de Spotify.
