mariana michi bon scott

Como un cuento: Mariana Michi visitó Rosario por primera vez, teloneada por Parni e Imaginario

La cantante brindó un recital íntimo, haciendo paso por algunos de sus temas más escuchados y de su último disco, Hijo de campeones. La antesala del show estuvo a cargo de Parni e Imaginario, el proyecto solista de Martín Miguez.


Parni fue la encargada de abrir la velada para las personas que se acercaron a Bon Scott en Rosario. Hizo un recorrido por todo su repertorio, que suena como un disco conceptual: todas las canciones contienen partes dulces y agrias, pero cada una con un condimento diferente que la vuelve única. Como “Taza fea”, que cuenta la historia de una amiga que ya no forma parte de tu vida pero un ápice de su presencia queda aún en la taza que te regaló, después de una de sus vacaciones familiares en Carlos Paz.

Sus temas son de las que se obtienen en ferias. Muchos de ellos no están cargados en la web, por lo que hay que recurrir a un modo más tradicional para escucharlas: presenciándolas en vivo, quizás una de las formas más mágicas de descubrir artistas.

Ese primer momento de la noche estuvo cargado de risas, Parni también es un hada salida de un cuento que invita a jugar y a divertirse con ella. La carismática Casandra Dabove se sumó a la pircardía con su bajo y sus coros, en un formato electroacústico que interpretó “Las velas”, “Hoguera” y “Caíste de la puerta”, entre otras.

parni bon scott
Foto: Gaby Terre

El segundo momento estuvo a cargo de Imaginario, el proyecto solista de Martín Miguez -cantante de Jimmy Club– que por primera vez hizo sonar su álbum homónimo en vivo. Acompañado por un sintetizador, iba soltando sonidos vintages que parecían especialmente preparados para ser encapsulados en la Voyager I, la primera sonda espacial lanzada al espacio por EE.UU. en 1977, que llevaba mensajes audibles.

Un colchón electrónico lo fi funcionaba de piso para cada uno de los diferentes géneros que pasaban, como si alguien estuviera haciendo zapping en un televisor de tubo. Tango, r&b, jazz y soul se fueron mezclando con diálogos de películas de manera prolija. “Dominó” y “Shitposting en re menor” -que cuenta con la participación de Chilijud y la voz de Mateo Fuertes-, fueron algunas de las piezas que sonaron.

Imaginario permitió darle un recreo al ambiente, que no se sintió como tal. Incluso en el exterior de Bon Scott, había personas mirando la nada, sólo dejándose llevar por cada una de las sorpresas que emergían del sinte.

imaginario bon scott
Foto: Gaby Terre

Finalmente, Mariana Michi se presentó en el rincón que estaba dispuesto como escenario para cantar su baguala “Ahí vive”, delante de un ventanal que en su regazo tenía pequeños vasos con plantas. Tomás Brugues llevaba una segunda guitarra que se alzaba con punteos y se mostró muy animado, además, era su cumpleaños.

Para estas alturas de la noche, Imaginario había activado otros sentidos en su paso. Los mismos que permitían escuchar cada una de las referencias contenidas en su obra, ahora también dejaban oír el chirrido de la puerta antigua, reseca de moverse para ver tanta gente entrar y salir a lo largo de los años. Bon Scott lleva más de una década fomentando la cultura y es uno de los pocos bares que resisten ante la escasez de políticas públicas que alivianen al sector.

La humedad de la noche rosarina que parecía rondar unos 20° hacía encrespar los pelos e hinchar la madera. Quizás fue esa la razón del ruido que distraía a Mariana. Pero también le recordaba que estaba en un lugar que se prestaba para lo íntimo. Se lo tomó con gracia. No podía ser mejor para tocar por primera vez en Rosario, cerca del público con el que pudo conversar: “Llega muy buena energía”, expresó agradecida.

mariana michi bon scott
Foto: Gaby Terre

Repasó temas de Cayó el valiente (2018) como “Al bosque sin un arma” y “Del amor el helado”. También cantó uno de sus últimos sencillos, “Admiración”, una canción que habla “de las cosas que consumimos en pos de un deseo o de un fanatismo impuesto”, contó. Además, interpretó canciones de Hijo de campeones (2021) -su último material discográfico-, como “No sentir nada”, “New Age” y “Borracheira”.

Cada uno de los momentos pareció salido de un cuento donde no faltaron referencias a personajes fantásticos, sonidos programados, viajes en el tiempo a través de la música, juegos inesperados, además de desfiles de pizzas y vermut. Y toda la propuesta nació con una gran historia: Parni publicó en Instagram que su sueño era compartir escenario con Mariana Michi. Y tuvo un final feliz.

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