Luego de exitosas presentaciones locales, y pronto a su siguiente gira internacional, el dúo platense lanzó su quinto trabajo de estudio para recrear un sueño que explora la profundidad del deseo, el artificio y lo real.
Luz y oscuridad. Juego de contrastes. Secuencia de frecuencias que aparecen y desaparecen hasta que el beat irrumpe. Una visión futurista que termina al despertar. Algunas de estas imágenes, y más, pueden tener una referencia en el concepto estético que atraviesa Artificial, el nuevo trabajo de Peces Raros. Letras existenciales y melodías ascendentes, con una clara influencia pop, se fusionan con el impulso electrónico para ponernos en movimiento y elevarnos hasta la siguiente transición.
Podríamos interpretar este álbum como si representara un sueño en el que el deseo será un gran motor para entender está historia creada por Marco Riera y Lucio Consolo. Así comienza “Desaparecer”, que nos introduce en este universo de sonidos y consignas en el que poco a poco perderemos los límites para distinguir el artificio de lo concreto: todo se volverá difuso. Minutos después, una pose sensual y provocadora irrumpe con “Óxido”. Momentos de intensidad seguidos por la calma, en el que la sensualidad empezará a tener protagonismo. Nos elevamos lentamente, pero directo, en un mundo de frecuencias y placeres. Pero no será fácil abandonar lo que nos sujeta, mucho menos lo firme que aún se mantiene, como refleja “Intacto”.
La secuencia cambia con “Belladona”: Sintetizadores pop y efectos nos evocan una figura ideal en su resplandor. La mejor proyección de una fantasía. Una canción que nos propone una sonoridad vanguardista y nos recrea con mucho glamour una posible inspiración femenina. Luego, en “Nada para siempre”, podríamos sintetizar muchas de las influencias sonoras que Peces Raros utiliza en Artificial. Escuchamos, por mencionar dos destacables, reminiscencias y detalles al estilo Daft Punk y Babasonicos. A pesar de esta interesante combinación, el sueño debe continuar. Fue una instancia más hacia otra transición como nos explica “Mañana”. Un constante movimiento.
Nos encontramos en un clímax de máxima intensidad con “Frecuencias”. El deseo de dos amantes expuestos ante la luna, aunque no sea suficiente. De repente, un giro sorpresivo. Una suspensión que surge en la madrugada. Esa cercanía que habíamos tenido se convierte en una búsqueda que “Ultraliviano” relata. Momento de descenso sin ataduras, de incertidumbre y horizontes pocos claros que, en un registro más melancólico y casi agónico, sigue “Kamikaze”. Las ilusiones comienzan a quebrarse y, con ello, irrumpen las preguntas antes del despertar. Finalmente, “Artificial” nos representa ese último estadio en el que la respuesta a esos interrogantes, a cómo distinguir lo que fue de la ficción, será una sentencia que debemos asimilar “cada cual con su historia, cada cual con su juego, cada amanecer”. El sueño termino.
Con su quinto álbum terminado, Peces Raros se prepara para su próximo gira internacional que ya tiene fechas programadas en Berlín, Londres, Dublín, entre otras ciudades. Luego de un año consagratorio en el que la banda sumergió al Luna Park en su estética electrónica & pop, la dupla sigue consolidando una de las propuestas sonoras más novedosas de la escena local, con una clara ambición por seguir internacionalizando su trayectoria. Sin duda, será otro gran año para que el mundo de frecuencias continúe explorando su infinita profundidad.
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