A un mes de la salida de su tercer disco, Insana y salva, la cantante chilena charló con Indie Club sobre su sonido, sus canciones y su contexto.
Antonia Navarro es una cantante chilena que vive en La Plata desde 2015. Este año salió a la luz su tercer LP, Insana y salva, el cual viene cargado de melancolía y reflexión. Estuvo producido en parte por la misma Antonia, Diego Acosta y Cristian Villareal.
El disco cuenta con influencias de Metronomy, Beach House, Strokes, Sonic Youth y The Cardigans, sin perder la esencia principal de los anteriores trabajos, las canciones y su ambientacion.
Antonia contó que el disco compuesto en pandemia, más específicamente en 2020 cuando el mundo estaba encerrado, lo empezó a producir en 2021 y lo concluyó a fines de 2022.
Este es su primer disco grabado con banda; desde Pleamar no tenía la posibilidad para hacerlo, pero este cambio no significa que ese hilo conductor que son las canciones se modifique: “Las canciones las sigo haciendo yo, las canto yo. Así que pongo eso tras a un hilo, una continuidad”.
– A un mes de la salida Insana y salva, ¿cómo te sentís?
Ahora cayendo de a poquito del primer mes, al principio no caía, fueron dos años laburo. Contenta de que ya estoy planeando las fechas en vivo, materializando todo a la realidad.
– Se alargó mucho la salida, dos años…
Pasaron muchas cosas en medio, me lo quise tomar de la manera menos ansiosa posible. Siempre fui muy ansiosa con los lanzamientos y ahora no tiene mucho sentido porque hay tanto material que sale todo el tiempo… Si alguien espera una llamada dos meses más o una semana más, no pasa nada, no hay nadie esperando eso.
– ¿Te inspirás en paisajes para crear los sonidos?
Sí, en viajes. Soy muy de la ruta de toda la vida. Fui muy nómada desde que nací por mis papás: son bien gitanos y viajé mucho, siempre me inspiró el viaje. Estar viendo por la ventana mientras escuchas algo que te gusta después me queda al momento de componer, eso es una gran inspiración.
La cordillera, el mar, el roquerío, el viento, esas cosas me inspiran, pero porque van acompañadas de gente que es mi familia, mis raíces.
– ¿Por qué elegiste “Insana y salva” para el nombre del disco?
Es algo que me quedo de mi hermana mayor María Jesús, que ya no se encuentra en este plano. Cuando yo era más chica, siempre que yo llegaba a un lugar le escribía “llegué, insana y salva”, y ella me decía a mí “llegué, insana y salva”.
– ¿Tomaste mucha reminiscencia de tu familia?
Sí, de mis raíces, sin ellos yo no existo. Los amo y son parte de mi construcción mental. Todo lo que pienso y lo que siento es en parte porque ellos me hicieron, construyeron esa parte de mí y los tengo muy presentes, estoy muy consciente de esas cosas que aprendí.
– ¿Cuales son los pilares donde se construye Insana y salva?
Primero la banda, canciones de banda, hablando del sonido. Después es un relato invernal pre, pos y pandémico. También un relato respecto al contexto político latinoamericano, cómo interfieren en nosotros, del sentimiento hasta en lo que comemos. Esos son los pilares.
Soy un sujeto político, por algo me fui de Chile también, por algo vine acá. Políticas sociales y todo lo que es derecho, el avance que hay acá, elegí este país por una razón.
– ¿Este disco fue más introspectivo que los anteriores?
Completamente. Tenía mucho miedo, como que estaba muy triste, hacía frío, no había guita, no había laburo y todo era incierto. No podía viajar a Chile, era todo difícil. En ese momento estaba por sacar Lucidez y lo tuve que retrasar porque no sabía cuándo lo iba a poder tocar en vivo o si lo iba a tocar alguna vez. Triste o nostálgico de lo que fue en algún momento el planeta y no sabíamos si iba a volver a hacer igual.
– ¿Necesitabas expresarte?
Sí. Aparte de sacarlo, la desgracia es una gran fuente de inspiración, la tristeza. Entonces, sí o sí te ayuda a expresarte más que la alegría. La alegría pasa muy rápido.
Insana y salva en tres canciones
“Pájaros”
Pájaros la hice cuando estaba escuchando mucho Animal Collective. En ese momento, aprendiendo a tocar la batería, salió hacer una canción así. La letra me salió del alma. Era otoño y pensaba en todo lo que estaba pasando y nadie se daba cuenta de nada. Están todos mirando una pantalla viendo su propio ombligo y nadie se daba cuenta de lo simple de subirse al techo y tomar sol.
“La pócima”
Partiendo de un loop, la pensé como un pop medio psicodélico, la llevé para ese lado. Y la letra habla de un enamoramiento. Y me cayó la pócima, habla más del amor que de un desamor. Diego Acosta (co-productor del disco) le mandó la canción al Príncipe Idiota y le encantó. Lo invitamos a que grabe lo que le pinte. Hizo una línea de bajo, una guitarra acústica, unos sintes y además me hizo grabar la voz de nuevo, que me encantó porque él como que me dirigió. Me hizo un par de sugerencias que a mí me sirvieron un montón y la pasamos bomba.
“Yendo”
Fue la primera que hice para el disco. Estábamos en pandemia y soñé que estaba yendo a la playa con mi familia. Quería salir a un lugar hermoso. Estaba yendo en un mar divino, yendo al alta mar y creía que ahí iba a estar todo bien. Refugiarse en el agua, que para mí es el inconsciente, los sueños. Como el refugio en esa fantasía de los sueños que me hacían bien, agradecía estar dormida y soñando que despertarme y ver la realidad.
– Si Lucidez es un foco colectivo que se prende y se rompen cadenas, ¿qué es Insana y salva?
Es un punto de reflexión sobre qué hacemos cuando ya rompimos la cadena, cuando ya tenemos todo para volver. ¿Qué hacemos? ¿Qué pensamos decir? Es un consejo, un poco alentando la inquietud, que siga todo en movimiento. Un cuento invernal en que estamos todos a oscuras y con frío pero pensando que hacemos. No quedarse quieto.
– ¿Qué cambió desde Pleamar hasta hoy?
Cambió todo, como que se rompió una inocencia. Sí, completamente, entré a una industria súper súper heavy siendo mujer. Inmigrante y estando sola, cambió mucho mi manera de ver las cosas, mi manera de entender muchísimas cosas, pero también creo que es un crecimiento y maduración. Hacer música con mi hermano; ojalá todos hicieran música con él, es un músico increíble, Santiago Navarro, debería hacer que grabe más guitarras. Respecto a mí, creo que aprendí a cantar mejor, a escribir mejor, a pensar mejor, esperar, a ser menos ansiosa, sin dejar de disfrutarlo.
– ¿Sigue siendo un juego hacer música?
El día que deje de serlo, me retiro. Tiene muchas reglas que hay que seguir. Las respeto y no me puedo quejar. Hay cosas que están hace mucho y no creo que las pueda cambiar yo sola. Y después los nervios de subirse a cantar, también es parte del juego, si deja de existir esas cosas no me imagino haciendo música.
– ¿Cómo te llevas con las nuevas tecnologías y las formas de uno moverse?
No me gusta, pero al mismo tiempo estoy pendiente. No es como si pudiese irme a vivir como ermitaña y saber que igual va a funcionar mi proyecto, no es así. Tampoco reniego, un poco me gusta, pero le resisto.
– Ahora se viene la presentación del disco en Pura Vida y en La Tangente.
Planeando si se puede hacer una gira, si podemos viajar a Argentina, quizás a Chile, se vienen videos. Y ya tengo muchas canciones, así que seguro voy a empezar a sacar singles, voy a empezar a sacar todo.
– ¿Qué te atrapo de Argentina?
Pura Vida fue un gran ancla. También la facultad de Arte que está enfrente. Quiero vivir. El día que vine a visitar La Plata había una tocata punk. Me acuerdo de inscribirme y alguien dijo de ir. Entré y me sentí muy bien, como si perteneciera ahí. Después decidí venirme a vivir acá al año siguiente. Me enamoré mal, es una ciudad integral.
– ¿Cómo ves la música independiente hoy?
Creo que viene bien. La veo diversa, creciendo y tomando otros lugares. Lo que falta es la descentralización, todo sigue pasando en Buenos Aires, justamente una movida independiente musical, que es una arista cultural, nosotros podríamos dar el ejemplo, pero no. Hay pocos lugares para tocar en otros lados.
También tienen que ver con la gente que eligen cuando votan. Clausuras, pocas habilitaciones… Hay pocos lugares para tocar, acá en La Plata tenemos suerte porque Garro (Julio, intendente) se puso la gorra. Malos tratos, eso es lo que veo mucho: para tocar te piden un piso. Entonces todo eso obviamente hace que se centralice la movida acá. Hay que empezar a exigir… como cuando clausuraron Pura Vida, que fuimos a la plazoleta… empezar a exigir más lugares o que no se clausuren lugares que están funcionando.
Que buena entrevista.