Saramalacara pide una “Señal de Dios”
En la previa al lanzamiento de su nuevo álbum, Saramalacara lanzó “Señal de Dios”.
De un tiempo para acá la identidad de Saramalacara se disolvió en el entramado digital del shitpost, teorías conspirativas y profetas divinos. Con el lanzamiento de su primer disco, Heráldica (2024), quedó claro que la experimentación estética y sonora de sus trabajos anteriores habían logrado una síntesis perfecta y todo lo que fue saliendo en adelante solo profundiza en esa dirección. Porque Saramalacara profesa una fe digital que traslada el imaginario religioso a los tiempos modernos, una suerte de Jesús enfermizo y chronically online.
Sin perder de vista sus orígenes traperos, esta fórmula se completa con una reivindicación a lo Avril Lavigne de la juventud punk o alternativa. Un punk, es necesario aclarar, puramente estético; cuidado, medido y superficial. Pero hay en ese gesto una decisión que va más allá de lo visual y remite tanto al pasado como al futuro de la artista: el barrio de Mataderos. Y es por eso que el universo de Saramalacara se comprime (siempre dentro de grandes ciudades) en escenarios suburbanos y periféricos. Así Nueva York, Tokyo o Buenos Aires pueden ser parte del mismo devenir globalizado e hiperconectado.
Señal de Dios
Los temas habituales se repiten sobre una base saturada que hace pensar en un videojuego oscuro y sin traducción de la PS1. Drogas, malas decisiones y un amor que solo regresa como mal recuerdo. En una continuidad estilística directa con Heráldica y Heráldica+ vemos una nueva iteración de la artista con esos fantasmas que la persiguen incesantemente. Y es que las mismas causas insisten: “Fumando porro / puro derroche / pesadillas en mi cuarto de día / en el fondo ninguno quiere hablar de lo que pasó / cada avión que tomo siempre me hace pensar en vos“.¿Cuál es la respuesta que halla Saramalacara? Esperar una señal.
Con un sonido hiper distorcionado canta casi robótica sus lamentos y se repite incansable. ¿Hay alguna manera de romper el ciclo? Lo que la conduce a este estado se elide, como acostumbra, y solo vemos los efectos pero no las causas: el corazón roto que busca replegarse sobre sí y curarse en las drogas y el delirio. Hay algo de ritual en todo esto. Operando una vez más sobre la idea de culto o de un posible contacto con un ser superior, se entrega a un desenfreno que solo se detiene cuando Él lo decida.
Si “Señal de Dios” es o no parte del nuevo álbum de Sarmalacara estará por verse, pero lo que si está claro es que el universo sincretista y distópico de la artista tiene todavía mucho para dar.
Escuchá “Señal de Dios” de Saramalacara y más lanzamientos en el 2025 en nuestra playlist en Spotify.