Entre nostalgias y armonías progresivas, el dúo conformado por Luca Bocci y Nicolás de Sanctis presentó por primera vez su primer álbum homónimo.
Humo y bandoneon. El 2×4 y su concomitante Malena. Seguidamente, armonías cósmicas y poco convencionales. Spinetta y Piazzola. La cultura musical argentina en su amplia expresión, a la espera del factor común. La previa sugería, con poco margen de duda, la propuesta musical que minutos después el público escucharía. Dos universos inconexos, a priori distanciados en su estilo, que Tango Astral lograría fusionar con originalidad arriba del escenario. Las luces se apagaban y una nueva historia comenzaba.
El repertorio para está ocasión no seguiría el orden impuesto en el álbum sino que priorizaría la transitividad que, por otra parte, sí caracterizó su primer trabajo. Así, el primer tema sería “Faro”, el primer single lanzado por el dúo, que evocó inevitablemente los elementos de la identidad dual que se desarrollaría en el resto de la noche. Luego, con un clímax progresivo y un buen trabajo explosivo en los coros de sus estribillos, “El sacrificio” y “La noche oscura” continuarían con una sonoridad que por momentos distendía, aunque rápidamente adquiría intensidad y disrupción.
Seguidamente, la instrumentación de “Buenos días” ofreció en palabras de Nicolás de Sanctis un poco de “música de salón”, en una canción que sin duda podría acompañar y adaptarse a distintos momentos. Con esa distención, las primeras notas de “Isla” acentuaron los aplausos, hasta pasar por la que, quizá, sea una canción destacada del proyecto: “Los lunes”. Indie y tango fusionados armónicamente, sostenidas por la fluidez de las voces de Luca y Nicolás, que tuvieron el gran apoyo del público para cantar casi completa la canción. Sin duda, había una conexión. Tras ese climax, la ternura de “Oriente” concluyó con un merecido aplauso.
Dado la ocasión especial que representaba la presentación del álbum, el repertorio lamentablemente comenzaba a terminarse, aunque no implica abandonar las sorpresas. Fue así que el dúo presentó una canción inédita que no había sido publicada en el álbum. Al finalizar, con las guitarras acústicas al frente, la banda toco “Quiero más”. Casi como una invitación pendiente, el público advertía que el momento del baile estaba por llegar. Así, “Mi corazón” invitó al movimiento para, por qué no, ampliar la propuesta.
Finalizar como todo comenzó. Un giro paradojal que motivó la alegría cuando la banda tocó “Telepatía animal”. La progresividad cósmica en una expresión renovada. Luego de los aplausos y agradecimientos de toda La Tangente, Tango Astral se propuso disfrutar el último instante compartiendo un bis. Sería, por supuesto, de “Los Lunes”. De esta manera, el objetivo había sido cumplido.
Dos guitarras en una plaza que, con el transcurso del tiempo, terminaron en la presentación de un proyecto renovador para la escena local. La materialización de un nuevo sueño. Como habíamos comentado desde el primer single, había algo que este proyecto estaba generando. Combinar sin prejuicio, desde la sensibilidad artística y especialmente desde un buen criterio musical. Quizá sea eso lo que Tango Astral intenta representar en el amplio universo contemporáneo de nuestro Indie; que, como lo ha hecho en el transcurso de estos años, demuestra nuevamente versatilidad para completarse y fusionarse con la diversisdad de elementos musicales que integran nuestra cultura. Así, con mucha expectativa, una nueva historia ha tenido su primer episodio. Es la aventura de Tango Astral, que ecién está empezando.
Mirá más fotos de Tango Astral en La Tangente
