El volumen cuatro del Festival Refresco tocó límites estéticos, sonoros y de imaginarios colectivos gracias a su diverso lineup.
La cita para el Volumen 4 del Festival Refresco fue nuevamente en Niceto Club, en una de las mejores noches del verano de febrero. Una invitación a los amigos para tomar algo y quedarse a bailar con los artistas dispuestos a divertirse tanto como el público.
El primer turno estuvo a cargo de Paul Higgs, el artista multifacético tuvo la grata tarea de abrir la noche. El uruguayo dio comienzo a la fiesta, pero primero dio una intro en solitario para seguir al instante siguiente con “Adoquines” y acá es cuando se incorporó el resto de la banda para romper con el clima anterior.
La exhibición continuó con dos temas que fueron un punto alto del reci: “Diluvia” y “Jazzie”, este último con influencias hacia el rock de los 70s argento con un poco de swing.
Luego, Paul volvió al momento íntimo con “Música de azar” y “Sufro”, que desembocaron en una larga interacción con el público relatando una promesa que hizo y que debía cumplirse en el próximo show. Lo curioso del relato era su forma de expresión, como una lectura marcada por pequeñas estrofas de un poema moderno. Se sentía como una narración bien entonada de una novela.
En tonos exuberantes, sonaba música de fondo que Paul había elegido previamente debido a su promesa: el baile se apoderaba de Niceto y no había persona que no se moviera. La velada cerró con “Triste milenial” y con unas palabras de amor del uruguayo hacia el público quien lo consintió lanzando besos y aplausos.
Seguido de un corto impasse, llegó el turno de Dani Umpi, aunque primero es el tecladista quien abre el telón. Con una especie de mini set fue calentando al público y advirtiendo quién venía. Sí, Dani y toda su fantasía visual irrumpieron en el escenario vistiendo una campera con plumas que recorría el largo de los brazos.
El segundo uruguayo de la noche se quedó abrazado a sí mismo, mostrando sus plumas, para luego abrir los brazos que de forma tan armoniosa y bailable daban inicio a su show.
Extravagante como lo es él fue su actuación, manteniendo los puntos altos con invitados como Julián Desbats cantando “Zentaura”: “Y bailar y reír y llorar otra vez / y fingir y sentir / y soltar y subir / y bailar y reír y llorar otra vez”.
Otro invitado fue Ceretti, con quien hizo el cover “Violeta” de la banda Lavial. Una versión excepcional que fue, quizás, el mejor momento de su show, con la gente saltando y bailando mientras cantaban a la par de Dani.
Las pocas pausas que realizaba el artista eran solo para agitar un poco más, anunciando el siguiente tema y bailando los mismos incluso antes de cantarlos. Con su alegría visible, seguimos el recorrido de la noche con temas como “Punta 92 2002” para cerrar finalmente “La yuta” en un Niceto repleto.
Por último quedó Gativideo. La banda no se hizo esperar y su aparición fue instantánea al abrirse el telón, casi sin luces, sonaba “Flash”. La voz de Renzo, grave y profunda, retumbaba desde la oscuridad e impactaba en los cuerpos de quienes se iban amuchando al frente de la valla.
Con la gente ya acomodada y dispuesta a entregarse al grupo porteño sonaba “Efecto Mandela”, adelantando un poco la locura de lo que iba a terminar siendo el recital.
Con una gran comunicación con su público se desató el ida y vuelta, afirmando que se encontraban ansiosos pero felices de verles y ver tanta cantidad de gente, un cariño que siempre es reconocido pero que ayuda a que el ambiente sea más efusivo.
Así es que los Gativideo lanzaron su repertorio, con bailes e imaginarios culturales que representan a la perfección a la banda, como por ejemplo “Bruce Willis”, sumando mucha charla lúdica donde el protagonista siempre es Willy con sus comentarios.
Uno de los momentos que dieron muestra de influencia cultural, más allá de lo musical, fue al realizar un homenaje al Indio Solari interpretando una versión rápida de “La bestia pop” donde el estribillo masificado fue coreado tanto por la gente como por las coristas dando un tinte especial.
Para la finalización del recital, y entre risas, se decidió en común acuerdo con el público que suene “Cine shampoo”. El bailes y los cánticos “Cine shampoo / al instante / Cine shampoo / Para no pensar” cerraron una gran noche.
El festi Refresco brilló por su alocada presentación. Entre lo único y extravagante se encontró el talento que se alberga en distintos ambientes de la escena independiente actual.
