Meses antes de la publicación de su disco, el músico había adelantado que su nuevo material no iba a tener canciones parecidas a otras, dejando fluir la música como salga sin pensarlo demasiado y así lo cumplió.
El músico rosarino Lucas Roma lanzó su cuarto álbum de estudio, Símbolos y vanidades, el sucesor de 1987 (2019). El disco recorre distintos estados de ánimo y sonidos provenientes del r&b y el neo soul, con diferentes pasajes entre sí y dejando en claro su constante experimentación sin perder el rastro del clásico electropop que pone a más de uno a bailar. Los diez temas proponen un viaje de reflexión hacia lo más íntimo del artista, revelando sus miedos, frustraciones, trabas y esperanzas. En ese sentido, el repertorio de temas inicia con “Nostalgia”, un single que despliega el característico synthpop que caracteriza al músico.
Con un comienzo poderoso, la canción invita a moverse al ritmo de la melancolía. Símbolos y vanidades sigue con “Ya hice las cuentas” y “Mi suerte se perdió”, las canciones con el mood más apagado de todo el álbum, ambas desbordando sentimientos de cansancio e inquietudes de lo cotidiano de la vida: “Ya no sigo creyendo en que se que es lo mejor, desarmar mi cuerpo y lo vivido a saberlo”. Sobre el sencillo “Símbolos” se podría decir que es una suerte de interludio que rompe el disco en dos dando paso a canciones más bailables donde el neo soul se hace presente en los temas como “Días extraños” y “El fuego en nosotros”. Como cierre a la perfección, “Si querés caminamos juntos” llega con tintes de r&b, una canción que tiene una pizca de ironía e invita a quien esté cansado a dejar las obligaciones y complicaciones de lado y ¿por qué no? “Prenderlas fuego juntos”.
Respecto al álbum, Roma expresó: “El hilo conductor está por el lado de las letras y los ambientes creados. Tiene momentos ultra bailables y otros mucho más tranquilos con aires de rhythm and blues. Está pensado para ser un viaje rítmico con constantes cambios. También estaba en mis planes agregarle algo de groove y sonidos no tan digitales como en los discos anteriores. Por eso grabé bajos eléctricos no sintetizados y baterías reales para algunos temas. La idea es que este disco se sienta cercano y real, no tan acartonado y mucho más minimalista”.
Lucas siempre se caracterizó por ser vanguardista e independiente con su música, no solamente por abocarse de lleno a la producción de sus temas, sino también que en muchas ocasiones es el mismo quien diseña las tapas de sus EPs, uniendo su otra pasión como lo es el dibujo. Para esta ocasión contó con la colaboración de la fotógrafa Florencia Carrera.
Dicha tapa despliega todo el significado del álbum haciendo una representación del género artístico Vanitas que proviene del arte barroco de las obras de naturaleza muerta. En ellas se representa lo efímero de la vida, lo pasajero y la fragilidad de la existencia. Para esta ilustración, los objetos que la componen son todos simbólicos, van desde la muerte y la brevedad a la belleza y la riqueza que en algún momento llegan a su fin. El artista habla en su música de lo pasajero de las emociones, de las situaciones, de los momentos, ya sean buenos o malos. Esta vez Lucas Roma supo llevar su música a otro nivel presentándonos un disco completo y lleno de diferentes estilos, en donde a tono con sus melodías las letras son las protagonistas de todo este trabajo.
El disco tiene como invitados a varios músicos amigos como lo son Pastachuli, Fran Bazz, Pinka, Checho Godoy, Filippo, Martin Yisusra y Franco Giglione. Fue grabado y masterizado por Ignacio Molinos en Mansión Mutante Estudio.
Podés escuchar Símbolos y vanidades y más de Lucas Roma en Spotify.