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Blair: “Quiero pensar en el disco como un refugio”

Indie Club habló con Blair sobre las claves para entrar al universo de su último disco, Bar Scorpios.


Blair es probablemente el mayor caso de ascenso a la fama de los últimos años. Con tan solo su disco debut, Llorando en la fiesta (2022), recorrió los venues más importantes del circuito porteño y visitó los festivales más importantes del país. Incluso acompañó a Louta como telonero de Taylor Swift en sus presentaciones en el Estadio Monumental. Con el intimismo y la ternura de sus canciones supo ganarse el cariño de sus seguidoras y trabar una relación de lo más particular.

Bar Scorpios (2025) es su segundo disco y, más allá del enorme salto técnico, es un giro absoluto en su trayectoria. Dejando de lado los amores imposibles y el dolor adolescente, se embarca de lleno a una obra conceptual sobre el dolor, la tristeza y la frustración de ver cómo se puede desmoronar todo en lo que uno cree.


– ¿Qué tiene Bar Scorpios que te reclamó otro personaje distinto a Blair? ¿Por qué tuviste que inventar a Teresa?

Yo lo que quería hacer, más allá del disco, era una historia. Lo pensé como algo con inicio, nudo y desenlace. Entonces, pensándolo así como algo ficcional, tuve la necesidad de hacer un personaje. Muchas personas en el video que paso del pelo rubio al negro piensan que paso de Teresa a Blair y no, Blair no existe en este universo.

También por las narrativas, como en “Padre nuestro”. No quería que la gente se confunda y empiece a pensar “Uy acá es Blair hablando del papá”. Es una historia aparte.

– Llorando en la fiesta fue un disco muy marcado por el amor, muy “intimista de habitación”. ¿Cómo fue dar el salto a este nuevo disco que trabaja temas totalmente diferentes?

Yo siento que es un poco como las dos caras de la misma moneda, un disco y el otro, salvando las diferencias. En el primer disco son todos temas de amor y en este el único tema de amor es “Rabia del corazón”, que es para Dios.

Siento que reflejan las etapas en la vida de una mujer. Llorando en la fiesta es una preadolescencia tipo “Ok, me rompiste el corazón, me voy a morir” y este es como el paso a la adultez, más harta, como diciendo “Dentro de todos los males que hay en el mundo, que me rompan en corazón es lo mínimo que puede pasar”.

Me alivió mucho hacer este disco. En las escuchas también pasó que las mujeres se me acercaban y me decían “Gracias, te metiste en mi cabeza” y por ahí veo en Twitter a un chico poner “Uy me encanta el personaje de loca”. Ese contraste me dió mucha risa, como un día en la vida de una mujer.

– Los dos discos tienen un target muy particular que se ve en la devoción en tus seguidoras, ¿sentís que tenés un público al que le querés cantar?

Me sale así porque es básicamente lo que me gusta a mí, lo importante en mi vida. Siempre me gustaron las obras de mujeres para mujeres y quiero pensar en el disco como un refugio para ellas, como me pasó siempre con cantantes o películas.

No se por qué será, yo me siento muy afortunada. Como en la búsqueda del tesoro que organizamos para el tracklist, yo pensaba “Doy tiempo hasta mañana, capaz alguna va” y de repente lo habían resuelto en nada. Siempre me sorprenden. Incluso hubo un error en la localización de una de las iglesias pero nunca me recriminan, se cagan de risa. Por eso les digo que son mis amigas, yo genuinamente lo siento así, un vínculo, medio un culto.

– El disco es bastante derrotista, hay un “pecado original” en Teresa que no puede cumplir ninguna expectativa, no se encuentra y la única solución que encuentra es la violencia.

Claro, por eso lo comparo con el disco anterior. En este disco yo me dije no… a ver, en el medio de la producción yo me puse de novia y capaz la gente esperó que saque canciones enamorada, pero sentía que no podía volver a esa temática, no me salía ni quería repetirme. Quería algo con más peso.

Es 100% así, una chica que nunca conoció más que lo que tiene y eso le falló. En este caso es la iglesia pero se puede aplicar a cualquier cosa. Si vos siempre jugaste al básquet, es tu pasión y te dedicas a eso pero nunca lo podés lograr, te quebrás, de repente estás perdido. En este caso es algo así pero con Dios.

No sabés si, vuelvo al disco, es una depresión que sale de ella o qué. Teresa tiene una relación medio parasocial con Dios y le reclama, por ejemplo en “Rabia del corazón”, que nunca está para ella. No entiende por qué se siente así si Dios hizo todo perfecto, y ahí empieza a caer… no quiero decir en la locura, porque es lo que sentimos todas… pero algo así. Su forma de querer arreglarlo es matarse, pero para ir con Dios.

– Respecto a los feat, ¿por qué elegiste trabajar con Mariana, Dillom y Santi Motorizado?

Mariana era obvio, es como le dicen “la mamá de las chicas”, más allá de lo que es ella como escritora. En su libro Porque demasiado no es suficiente (2023) explica lo que es ser fan, cómo las matan a las chicas en redes sociales solo por ser fanáticas de algo.

Para el tema con Dillom no quería que fuera una chica, porque quería justamente generar esto de un duelo a muerte, una mujer contra un hombre. En su caso, fue como castear un actor. Había una parte en blanco del tema y me preguntaba a quién meter y por qué. No me hubiera sentido satisfecha con otra persona. Él tiene, además, un tema que se llama “Muñecas” que toca esta temática similar y se generó como un universo compartido, la gente comentaba cosas como “Che, esta es la contracara de muñecas”.

Con Santi Motorizado me pasó que la canción se llama “Hombre roto” y me pregunté cuál es mi voz favorita de argentina, mi voz favorita en español. Santi solo tiene que decir “Aaah” y ya me largo a llorar, me pasó miles de veces. Este hombre te rompe y transmite esa desesperanza y esa tristeza con la voz que me parecía ideal.

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