Terso es el primer disco de Vera Spinetta, un álbum que combina lo enigmático de las fuerzas naturales, lo que vive en el más allá con lo tangible y lo que vemos en las personas. Pero hay algo que es evidente: para esta artista todas estas cosas se le presentan limpias, brillantes, transparentes, tersas; lo verá en frente de ella o en presencias extrañas, pero las ve y las ve claramente.
“Este disco es para mi mamá, mi papá, mi amor Juan Saieg (cantante de Usted Señalemelo) y mis dos cachorros de leche, Eloísa y Azul”, escribió Vera en una historia de Instagram que usó para presentar el álbum y sí, sus canciones son para su familia, que conviven con ella en la realidad y también en el más allá.
Para transitar por estos dos mundos, Vera Spinetta acude a los productores Guido Moretti y Pablo Bursztyn, con quienes va a experimentar con diferentes sonidos y texturas, donde prevalece lo electrónico e incomprendido pero existe un tinte analógico en los últimos minutos.
El arte de tapa y las visuales que acompañan los 36 minutos que dura el disco, también dan esa sensación de incomprensión, recordándonos algo que ya vimos. Algo que nos es extraño pero familiar a la vez, extrañeza con calma y armonía, de eso se trata Terso.
Vera viaja por diferentes universos, lugares que existen dentro de ella pero que todavía no había descubierto o puesto en palabras. Empieza siendo una persona y se transforma en otra pero esto es fruto de reflexiones y encuentros en diferentes canciones, que cambian constantemente de forma.
“Incesante” e “Imán” son dos de estas, en las que reflexiona con ella misma sobre el momento que está transitando y la persona que quiere, espera o está empezando a ser. En “Incesante” hace alusión a la música, “el sonido desarma la complejidad del pensamiento”. Así revela en esta primera canción este vuelco tan importante que está realizando hacia este arte: piensa la música como un lugar para escapar de todo lo que la atormenta y complica su cabeza.
“¿Para qué ser aquello que no es parte de vos?” canta en “Imán”, que es una profunda reflexión en la que entiende que no debe pretender ser alguien que no es. Es una manera de decirse a ella misma que su luz interior sólo crecerá si cree en ella misma ya que sino “después te ahogás en un sismo”, en la oscuridad y en las sombras.
Estos pensamientos personales, donde se revisa a ella misma, se entrelazan con momentos familiares, que refuerzan su búsqueda y su transformación. Necesita de sus seres queridos para hacer esta transición y empezar a ver todo con la claridad que persigue.
“Blu” es la primera dedicación del disco: una canción para Azul, que sólo había estado siete días en la tierra cuando el disco se estrenó. Vera se conecta constantemente con la naturaleza para medir el crecimiento que va a experimentar su hijo. “Creceremos junto al mar” y “aprender puede ser lo que nos una / además del amor, y tal vez / observar cómo se mueven las hojas” son los versos que dan cuenta de esto, que combinan lo incontrolable de la naturaleza, del humano y de los paisajes.
Luego llega “Ave Anexa”, una canción para su padre Luis Alberto, que se le aparece en forma de ave, libre y la inspira a escribirle una canción sobre cómo él es su constante inspiración. La muerte de su padre la dejó sola “con la lluvia partiendo el pecho” pero ahora llega en forma de “ave anexa a las luces/ que se llevan la tormenta” y le muestran colores que nunca había visto, los de las auroras boreales.
Juan es su pareja, con quien ya comparte años a su lado e “Infatuación” es para él. Una canción nombrada sobre un sentimiento, un estado emocional caracterizado por dejarse llevar por una pasión irracional, un amor adictivo hacia alguien. Vera sólo ve su futuro con su pareja, un futuro en el que “todo será nuestro”. Habla de la voz de Juan y cómo la guía en sus días: “tu canto revela/ la transparencia de mi fe”. Es un amor pasional pero sano y necesario para la artista.
El último suspiro del álbum es “Terso”, la canción en la que Vera Spinetta hace un balance de todos estos universos que atraviesa en forma de canción, y para hacerlo solo necesita la compañía de un piano.
Vera empieza siendo una persona, entiende dónde está parada, reconoce todo lo que debe hacer para transformarse en la persona que quiere ser y, viajando con sus seres queridos, llega a una conclusión: “Solo puedo confiar en mí”, el amor que se tiene hacia ella es lo que la llevará a ver todo claro, Terso.